Los Simpson son la familia animada más conocida del mundo. Seguro que has visto cientos de capítulos e incluso te sabes algunos diálogos de memoria. Pero, ¿qué pasaría si te diese un papel y un lápiz ahora mismo y te dijera que dibujases la casa donde viven? ¿Sabrías ubicar bien todas las habitaciones? Pues ya te aviso yo que no es tarea sencilla, teniendo en cuenta que hay estancias que apenas aparecen en un capítulo determinado.
¿Y por qué te estoy contando todo esto? Pues porque hace unos días me encontré con este tweet de @luxluna en el que compartía dos imágenes que mostraban cuál era la distribución de la casa de la familia Simpson. La primera de ellas mostraba el piso de abajo y la segunda, la planta superior. Y aunque llevan tiempo rulando por la red, yo todavía no las había visto y ahora todo cobra sentido para mí.
No obstante, ahora mismo estarás repasando en tu mente algunos capítulos de Los Simpson y pensarás que hay algo que no encaja. ¿Cómo puede ser que en algunos capítulos la puerta del aseo esté nada más subir las escaleras? ¿Cómo es posible que Lisa escuche a través de la pared de la habitación de sus padres si está en la otra punta de la casa?
Pues esto se debe a la realidad flexible, un término que explica a la perfección Javier Meléndez en Yorokobu. Básicamente, la realidad flexible parte de la base de que "la realidad tiene que amoldarse, sea como sea, al argumento, en definitiva, al humor". Si para que un chiste tenga sentido, Bart tiene que romper de un puñetazo la pared sobre la cama de sus padres, lo hace y punto. Nadie se cuestiona que la habitación del hijo mayor está justo al otro lado porque se trata de ficción en clave de humor.
Al final, la realidad flexible hace que Los Simpson tengan sus propias reglas y los guionistas van jugando con ellas para dar forma al argumento. Por ejemplo, el señor Topo muere en multitud de episodios, pero luego vuelve a aparecer como si nada en el siguiente capítulo. Del mismo modo que la casa va cambiando para que aquello que le pase a Marge, Homer, Lisa, Bart y Maggie sea más divertido, absurdo o, simplemente, pueda ocurrir dentro de su hogar.
Por cierto, estas ilustraciones son obra de Andew Delong.
(Clic para ver más grandes)