Revista Sociedad
Pues bien ya he recibido la primera dosis de la vacuna y la semana que viene me toca la segunda dosis. Tengo fobia a la inyecciones, ya que de pequeño en la pedanía donde vivía, el practicante era el veterinario, también tenía licencia para vacunar a las personas. Pero me pichó en algún nervio y me paralizó la pierna, necesite meses para poder recuperar la movilidad. Como es lógico mi padre lo denunció y le quitaron la licencia. Pero seguía siendo veterinario y sentía una gran pena por los animales que no que podían quejarse como yo. Esto me creó una fobia, que era incapaz de que me pincharan ni para sacarme sangre, hasta hace unos años, que no tuve más remedio.
Me preocupaba la vacuna que me iban a poner, la polémica que ha envuelto a la AstraZeneca, tras confirmarse el vínculo con casos de trombosis inusuales, era preocupante, pero mas pesonas mueren de la vacuna de la gripe. De todas formas, no era morir lo que a mí me preocupada, sino los efectos secundarios, con terribles dolores, malestar, fiebre y en muchos casos no podian ni levantarse de la cama, incluso hasta dos semanas. Y para ser sincero, soy de los que no soportan el dolor, vivo solo y no me puede arriesgar a no poder valerme por mi mismo.
Fue una gran alegría cuando recibo un mensaje de Sanidad, dándome día y hora para vacunarme en la Ciudad de las Artes y las ciencias con la Pfizer. Los que conozco vacunados con esta vacuna, me hablaron muy bien de ella y que no habían tenido más que un poco de dolor en el brazo, pero con paracetamol desapareció en unas horas. Me arme de valor y un poco nervioso fui y me vacunaron con la primera dosis y en junio me toca la segunda. Puse el brazo, apreté los dientes y mire para otro lado. En ese momento escucho “ya está” no me entere del pinchazo, una maravilla, le di las gracias, pero me hubiera gustado darle un buen abrazo. Después de unas horas empecé a tener dolor en el brazo, pero solo cuando lo movía y unas decimas de fiebre, un paracetamol primero, otro a la seis horas y el dolor y la fiebre desapareció .
Y me ha dolido mucho, que la Conselleria de Sanidad ha empezado a despedir a través de SMS o de Whatsapp, a 3.289 sanitarios que fueron contratados para hacer frente al aumento de la presión asistencial derivada del coronavirus. No es un secreto que desde hace años, tanto los partidos de izquierda como los de derechas están desmantelando la Sanidad Pública. Además tengo muy claro, que vamos a una sanidad semiprivada, ya que el gasto de sanidad es tan brutal que no se va a poder asumir en el futuro. Ahora en plena campaña de vacunación “no creo que estemos en situación de prescindir de nadie” despiden fríamente a miles de sanitarios, y encima con una falta de respeto tal, que se les tenía que caer la cara de vergüenza...despedirlos con un mensaje.