Fue una tarde parcialmente nublada en esa localidad, con mejores condiciones que la zona de Orense que visitamos un rato antes, estando casi todo el tiempo bajo la luz del sol.
Mi intención era volver a ver a la paloma antártica (Chionis alba), que se llama así pero no es una paloma y que este año no había visto. Es un ave que frecuenta la Antártida e islas adyacentes, siempre en lugares con mamíferos marinos ya que se alimenta de deshechos, piel y materia fecal de estos animales. En invierno migra a las costas del sur de Sudamérica, viéndose siempre en los puertos de Necochea y Mar del Plata por ejemplo.
Las palomas antárticas no fallaron pero estuvieron difíciles de fotografiar ya que se ubicaban mayormente entre la costa y los lobos marinos que descansaban plácidamente en la escollera, pero a no engañarse, parecen seres mansos y lo son bastante pero si uno se acerca se pueden enojar, y creo que un animal de 100kg para arriba el más pequeño, que puede llegar a morder vale la pena respetar, por lo que me acerqué en algunas ocasiones con cuidado y manteniendo una distancia prudencial.
Lo que me llamó la atención fue ver dos ejemplares cojos, tenían la pata derecha lastimada.
Paloma antártica (Chionis alba)
Entre las aves que vi en ese ambiente solo fueron algunas gaviotas capucho café y cocineras, más dos pingüinos patagónicos juveniles muertos en la playa
Gaviota capuco café (Chroicocephalus maculipennis)
Gaviotín lagunero (Sterna trudeaui)
Pingüino patagónico (Spheniscus magellanicus) juvenil muerto
Gaviota cangrejera (Larus dominicanus) juvenil
Gaviota cangrejera (Larus dominicanus) adulto
Para finalizar algunas tomas de los lobos marinos, tanto en la escollera como en la playa. Los ejemplares son todos machos, tanto juveniles como inmaduros.
Lobo marino sudamericano (Otaria flavescens)
Al galope hacia el mar
Temas relacionados
Paloma antártica (Chionis alba)
Escollera sur, Necochea