Revista Animación

Por la risa, Condorito, por la risa

Por Lizardo


Por la risa, Condorito, por la risa
En estos días de dolor y lucha que atraviesa Chile, ¿cómo no recordar a ese inmenso símbolo popular del pueblo mapocho llamado Condorito? ¿Quién por estos pagos no ha tenido entre sus manos de infante codicioso alguna revista de Condorito o hasta los apetecibles y desternillantes Libros de Oro del mismo personaje inolvidable?
Condorito -diminutivo de cóndor, el ave tutelar de los andes sudamericanos que lo inspiró- fue creado a fines de la década de 1940 por René Ríos Boettiger (1911-2000), más conocido como Pepo, quien precisamente nació en Concepción, la ciudad chilena más azotada por el reciente sismo, y que incluso estudió algunos años en la facultad de medicina de la universidad local. Mas luego, afortunadamente para todos sus lectores, ganó su vocación artística ganó y dio rienda suelta a su vena creadora y humorística.
Por la risa, Condorito, por la risaRené Ríos, "Pepo"
Condorito es un personaje acendrado en el imaginario de Latinoamérica: hombre de pueblo llano, pícaro pero gentil y de buen corazón, se busca la vida  en su patria chica, Pelotillehue, localidad donde pueden verse sin asombro deambulando cocodrilos apacibles y sonámbulos diurnos; donde el santo patrón, San Guchito, porta un milagroso emparedado en la mano, y su tabloide El Hocicón -diario pobre pero honrado- informa fidedignamente del cotidiano acontecer:  la presencia de ovnis silenciosos y tímidos en su cielo o Napoleones que desafían las leyes de la física en el manicomio local. Condorito habita ese Chile cercano y familiar, donde las bodegas ofrecen la bienvenida con el cartel 'Hoy no se fía, mañana sí'; donde la gente se desmaya con la onomatopeya 'plop' y la incertidumbre del chiste de la vida se afronta con un cariacontecido '¡Exijo una explicación!'. Para nuestra cosmovisión de niños, Chile era aquella amable querencia donde Yayita es la carnosa enamorada eterna  de Condorito y Don Chuma el compadre que no falla y Huevoduro el huaso amigo que no abandona y Pepe Cortisona el enemigo leal que tampoco abandona ni falla. Un espacio irreductible en el que Condorito trasciende la historieta para ser historia y donde se mantiene juvenil pese a sus sesenta años, resistiéndose a ser estatua o estampilla aunque ya lo sea, y persiste en su enorme papel irremplazable, humilde y otra vez enorme: darnos la risa nuestra de cada día.
Por la risa, Condorito, por la risaEstatua de Condorito
Por la risa, Condorito, por la risaEstampilla de Condorito
Condorito habita ya no sólo en Chile, no necesita alas para estar en todas partes, pero sin duda en alguno de aquellos pueblos abatidos de la costa y sierra chilenas se lo puede atisbar estos días, cuando pese a la desgracia, la esperanza y la fuerza de la vida, renacen. El escudo chileno ostenta un lema taxativo: 'Por la razón o por la fuerza', pero Condorito supera a la escueta y dicotómica heráldica con su élan vital: es por la risa, ¿no, Condorito?, es por la risa...
Por la risa, Condorito, por la risa
Gracias por la risa, hermano del Mapocho.


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