Acabado el primer libro de Malaz, del que se dice es la mejor saga de fantasía épica jamás escrita. Bueno. El libro tiene el hermoso título de Los jardines de la luna y su autor es el muy prolífico escritor canadiense Steven Erickson (o Lundin).
by Corominas
Bien, hay dos problemas serios respecto a Malaz: El libro de los caídos. Que la Canción de Hielo y Fuego me sigue pareciendo mejor y que El Señor de los Anillos es mejor que la Canción o cualquier otro artefacto de fantasía que me haya caído en las manos. Los personajes de George RR Martin están mejor trazados, son más creíbles y, aunque sobran páginas, la historia de los lobos y los leones tiene momentos de auténtica intensidad narrativa.
Segundo problema de Malaz. Me lo advirtieron. De los ocho libros que componen la saga de Malaz —más los que están en el horno—, sólo hay cinco traducidos y publicados en español. Supongo que las ventas cayeron en picado por la piratería y los Hermanos de la Caridad de la editorial Factoría de Ideas no les llegaba ni para pagar al traductor. La dejaron colgada.
¿Qué pienso del libro? Divertidísimo. Es un festín de dioses, héroes y hechiceros. Pasas las páginas con alegría y como evasión no hay objeción. Demasiado amontonamiento de personajes y paisajes, pero eso que afirmo es puro subjetivismo.
Y eso sí, me falta profundidad de campo. Pero, bueno, si te gusta el género es una lectura ágil y entretenida como pocas. A pesar de mis peros y puñetas, Malaz es de lo mejor en fantasía épica.
Cuando acabe de leer el Short Cuts de mi amigo Raymond Carver, asaltaré una de esas caravanas que cruzan la Llanura Rihivi para comerciar con Darujhistan y, en la diestra una espada de otataralita y en la siniestra Azar, tomaré al asalto el segundo tomo de la saga. El cuerpo me lo pide. Sed de sangre y hechizos.
Por la senda de Malaz