Por más vueltas que le doy, no le acabo

Por más vueltas que le doy, no le acabo de encontrar el problema al tan denostado glutamato monosódico. Es un producto que se vende muy bien en nuestra tienda pero el comentario de un cliente diciendo que no deberíamos venderlo me ha hecho meditar. En efecto existe una gran corriente de opinión en contra de este aditivo pero no me han acabado de convencer sus argumentos.
Expliquemos primero que el glutamato monosódico es un aditivo saborizante desarrollado por la empresa japonesa Ajinomoto. Es un compuesto que se encuentra en muchos alimentos de forma natural siendo especialmente abundante en setas, champiñones, algas pero está presente en menor cantidad en otros muchos. Su sabor es difícil de describir, aunque recuerda al de la sal, pero más agradable. Parece ser que tenemos zonas de la lengua que detectan específicamente el glutamato y por ello lo japonese se refieren a él como el quinto sabor (después del dulce, salado, ácido y amargo) o UMAMI. Esto ya en sí debería despertar el interés de cualquier aficionado a la gastronomía.
Algunos dicen que les da dolor de cabeza, algo que no dudo. Sé de mucha gente que le da dolor de cabeza el chocolate, el queso o el vino y no por ello los demonizamos.
El glutamato monosódico es un aditivo permitido por las autoridades Americanas, Europeas y por supuesto Chinas y Japonesas donde se consume en grandes cantidades. Este último país por cierto tiene la esperanza de vida más alta del mundo por lo que no creo que sea tan tóxico como algunos dicen. Pero la crítica más extendida alrededor del glutamato es que consigue que los alimentos estén tan ricos que hacen que comamos más cantidad y por lo tanto corramos el riesgo de engordar. Esto es, desde mi punto de vista todo un halago para un ingrediente y motivo suficiente para despertar el interés de todo buen cocinero. En fin, supongo que no será del gusto de todos pero creo que seguiré poniendo glutamato a alguno de mis platos. http://ow.ly/i/HtoDH