¿Por qué aparecen las pesadillas?

Según las autoras Miró Morales y Martínez Narváez, el estudio científico de las pesadillas tiene gran relevancia, tanto porque cada vez más tiene entidad clínica en sí como por su asociación con el estrés postraumático.

Las pesadillas son un tipo de parasomnia que implica la aparición de sueños terroríficos que despiertan a la persona llevándola a un estado de vigilia en el que puede recordar con detalle la ensoñación. El contenido del sueño genera miedo intenso y se relaciona frecuentemente con amenazas a la supervivencia o a la autoestima, que puede estar relacionado con una experiencia real, una fantasía total o una combinación de ambos.

Aparecen en la fase REM de sueño, por lo que son más frecuentes en la segunda mitad de la noche.

A veces las pesadillas generan niveles muy elevados de ansiedad, sentimientos de indefensión, miedo a dormirse y síntomas similares al insomnio psicofisiológico. Además puede provocar angustia durante el día al recordar la pesadilla, fatiga por la interrupción del sueño nocturno.

Aunque muchas personas que tienen pesadillas pueden tener historias traumáticas en sus vidas detrás de las mismas, en muchas ocasiones situaciones de estrés diarias son las que pueden desencadenar las pesadillas (embarazo, ruptura de una relación de pareja, pérdida de trabajo, inicio de una actividad académica o cambio de domicilio entre otras).

También existen determinados componentes farmacológicos que pueden provocar pesadillas, sobre todo los de acción adrenérgica, aminérgica y dopaminérgica.

A veces las pesadillas se asocian a una dificultad en el control de las propias emociones y se ha propuesto la hipótesis de que las pesadillas aparecen como una forma de afrontar el estrés, ya que se relacionan positivamente con el número de estresores diarios, de estresores vitales acontecidos en los últimos 12 meses y con la disponibilidad de estrategias de afrontamiento.

Las pesadillas pueden tener una función adaptativa reduciendo el impacto del estresor mediante una exposición al mismo en forma de ensoñación, proporcionando un entorno inofensivo para buscar soluciones y permitiendo ensayar tales soluciones y permitiendo a la persona en vigilia adaptarse mejor a la situación estresante.

En terapia se emplean varias técnicas para el tratamiento de las pesadillas: desensibilización sistemática con entrenamiento en relajación progresiva para ir eliminando la ansiedad asociada a las pesadillas, técnicas de exposición en imaginación y técnicas cognitivas con modificación del contenido del sueño, terapia de ensayo en imaginación (repasar mentalmente imágenes placenteras antes del sueño), así como modificar algún aspecto o detalle del sueño hasta que represente una historia aceptable para la persona.