Porque nuestros razonamientos son erróneos a pesar de que puedan parecer lógicos. La lógica emocional no es razonamiento lógico. Lo normal es que haya cortocircuitos entre ambas. La lógica emocional camufla con proposiciones aparentemente lógicas los argumentos emocionales. Parece lógica pero no lo es. La lógica racional es exacta. Lo exacto raramente coincide con lo emocional. A la hora de elegir, creemos que utilizamos criterios racionales cuando no es así. Una elección no tiene que ser resuelta necesariamente con un tipo de lógica, esto es, que no para toda elección es necesario el uso de la lógica racional, ni tampoco el uso de la lógica emocional. La primera tarea es discernir que tipo de lógica estoy usando y si es la apropiada. Después, asegurarse de que no contaminamos los parámetros de la elección entre ambas lógicas. Fácil parece. Sin embargo, es todo lo contrario. El ser humano es casi incapaz de usar la lógica racional en forma pura. Resultaría ser un robot, y los humanos odian a los robot, porque tienen algo que dan miedo, y ese algo es la lógica racional. Por otro lado, la lógica emocional es tan sofisticada que convence demasiado con sus falsos argumentos pseudológicos. Estarán harto de ese "lo lógico es..." porque tras los puntos suspensivos viene la proposición "mamporrera", esa que nada tiene que ver con lo lógico. Es lógico que el que va primero en una liga de fútbol, por ejemplo, gane al que va último, pero no es así. Pues no es lógica, es probabilidad. La lógica, recuerden, es exacta. Cuando no lo es, es cualquier cosa menos lógica. Y casi siempre elegimos con premisas de argumentos que no son lógicos bajo la afirmación de que lo son. Me compro un coche rojo que es mi color favorito, es lo lógico; y pasado el tiempo, no me gusta el color, aunque es el color favorito (el color favorito no es lógico, es una apreciación emocional, y asimismo también diría que temporal). ¿Elegimos mal? No elegimos bien o mal, simplemente elegimos, y el resultado nada tiene que ver con la elección, sino con extraños factores que determinan nuestra idea de lógica.