Podemos observar que las políticas más modernas tienden a transformar el entorno urbano de las ciudades en espacios ecointeligentes con los ciudadanos.
La congestión asociada al tráfico, con emisión de gases y ruidos incluidos, representa uno de los grandes retos de las Administraciones en la obtención de lugares habitables y sostenibles.
Esto lleva a que las nuevas estrategias de gestión del tráfico urbano contemplen diversos aspectos relacionados entre sí como pueden ser el de la energía, el de la arquitectura y el del diseño de automóviles. Tiende a denominarse movilidad urbana a este nuevo concepto que trata de aglutinar nuevas ideas y provocar una revolución controlada en este ámbito, apoyándose en herramientas como eficiencia energética, las energías renovables y el diseño sostenible.
En todas estas nuevas estrategias, el vehículo eléctrico aparece como uno de los puntos clave para un desarrollo sostenible de los entornos urbanos
Si se realiza una clasificación general de los factores que influyen en la necesidad de implantar sistemas de movilidad urbana basados en los vehículos eléctricos, se puede llegar a la conclusión de que éstos se pueden distribuir entre:
Factores medioambientales
- El calentamiento global observado en el planeta es un hecho indiscutible, cuyas causas provienen del efecto invernadero que provocan algunos gases que se emiten a la atmósfera, entre los que se menciona siempre con un grado de importancia relevante al dióxido de carbono (CO2). Y resulta destacable que las emisiones imputables a la automoción suponen el 35% de las emisiones globales de CO2 provocadas por el Hombre.
- Como consecuencia de lo anterior y de la llegada de nuevas tecnologías, las legislaciones locales, regionales, nacionales e internacionales comienzan a ser más restrictivas en todo lo relacionado con la contaminación atmosférica. Existen ejemplos abundantes en Europa donde se han llevado a cabo en los últimos años los mayores avances en este terreno.
- Existen alternativas de obtención de energías limpias para el vehículo eléctrico en cuanto a la eliminación de las emisiones directas provenientes de la propulsión de los automóviles, ya sea energía distribuida a través de la red tradicional de distribución eléctrica o, por ejemplo, energía de células de combustible basadas en el hidrógeno. Aunque a medio y largo plazo, la alternativa que más reduce las emisiones indirectas en la generación de energía es la que proviene de las redes tradicionales de distribución eléctrica que contarán con una mayor componente de generación desde energías renovables, mientras que la generación de hidrógeno hasta la fecha requiere de la utilización de combustibles fósiles.
Factores económicos
- Entre los aspectos de competitividad más importantes para la industria está el hecho de evitar la dependencia en cuanto a las fuentes energéticas que, en muchos casos, suponen una parte importante del coste de los productos. El hecho de disponer de fuentes renovables de energía hace que la implantación de vehículos eléctricos, como consumidores fundamentales de esas fuentes, suponga un aliciente para su desarrollo.
- La inestabilidad de los diversos aspectos geopolíticos en diversas partes del mundo y el alto grado de condicionamiento de los parámetros económicos a dichos aspectos, hace que se favorezcan las políticas de independencia energética.
Factores estratégicos
- El gran desarrollo experimentado en los últimos años en ingeniería y nuevos materiales a nivel internacional ha hecho que se hayan puesto en marcha y realizado muchos proyectos de desarrollo de tecnologías para vehículos eléctricos y, se puede decir que, en la actualidad, se cuenta con una base muy sólida para desarrollar este mercado.
- La combinación de las fortalezas del sector del automóvil con la importancia del sector eléctrico o energético en general, puede traer importantes sinergias de objetivos y estrategias que contribuyan al desarrollo de un mayor bienestar de la sociedad y un mejor aprovechamiento de los recursos naturales del planeta.
Como podemos ver hay razones evidentes para que el vehículo eléctrico avance en nuestras ciudades. Sin duda hay fuerzas que impiden que la electromovilidad despegue. Entre ellas, y como dicen Dennis y Urry, el automóvil, así como las actividades y tecnologías vinculadas a él, es el producto o sistema más potente que ha existido a lo largo del último siglo. Y eso implica luchar contra muchos intereses de todo tipo.
Tu próximo coche ¿será eléctrico?