Revista Ciencia

¿Por qué la gente no cambia de opinión?

Por Davidsaparicio @Psyciencia
Salsa de yogur, pepino y ajo
También llamado yayej en la cocina armenia o tzatziki en la cocina griega.
Hice este aderezo para acompañar un pedazo de cordero que hicimos a la parrilla, yo lo comí al plato mi marido se armó una especie de Shawarma.
INGREDIENTES:
yogur natural 1 pote
1 pepino
2 dientes de ajo
queso crema 2 cucharadas
jugo de limón recién exprimido 2 cucharadas
sal a gusto.
Salsa de yogur, pepino y ajo
Acá vemos los ingredientes que vamos a utilizar.
Salsa de yogur, pepino y ajo
Pelo los dos dientes de ajo y los pico lo más chiquito posible, los coloco en un bol.
Salsa de yogur, pepino y ajo
Lavo el pepino, este no tiene que estar blandito, le corto las puntas y las froto hasta que sale una espumita, dicen que esto le saca el amargor que tiene.
Puede pasarse esa espumita por la cara que le dará la sensación de frescor y de limpieza,
Lo pelo con el pelapapas.
Salsa de yogur, pepino y ajo
Con un rallador, rallo la parte blanca y de afuera del pepino, la parte central la desecho porque esa parte que es la que contiene las semillas es muy aguachenta y produce la sensación que después nos da de repetir el pepino el resto del día.
Salsa de yogur, pepino y ajo
Ahora agrego el yogur natural y las dos cucharadas de queso crema o queso blanco.
Si nota que el yogur natural es muy blando lo que puede hacer antes de preparar esta salsa es ponerla en un filtro de café y que drene un poco el líquido excedente.
A veces cuando abrimos el pote vemos que hay una capa de suero que cubre el yogur, así que eso también lo tiramos.
Salamos a gusto y le agregamos el jugo de limón recién exprimido y colado.
Salsa de yogur, pepino y ajo
Lo mezclamos bien y lo llevamos a la heladera hasta el momento de servirlo.
Salsa de yogur, pepino y ajo
Lo decoramos con una rodajita de tomate y unas tiritas finas de lechuga.
PaffIlustración de Fabián Valenzuela

¿Qué esperaríamos de los resultados? Quizá que el grupo que recibió el debriefing abandone la idea de que estas dos variables se relacionan de la forma explicada, ya que la información inicial fue desacreditada. Veamos qué ocurrió: en principio llama la atención que hayan establecido fuertes explicaciones causales basándose en la información de sólo dos casos de bomberos. Fueron expuestos a información inicial muy débil que generó un fuerte efecto en sus creencias. Sólo por leer dos casos, un grupo estaba convencido de que había una relación negativa entre preferencia por el riesgo y éxito posterior, y el otro grupo estaba convencido de la inversa. Pero ¿qué ocurrió con el grupo que recibió debriefing diciendo que los dos casos eran falsos? El descrédito total de la evidencia en la que se basaron para armar sus explicaciones tuvo mínimo impacto en sus creencias respecto a la relación existente entre la preferencia por el riesgo y la habilidad como bomberos. En el grupo con condición de debrefing, los sujetos que fueron expuestos a información que indicaba una relación positiva continuaron creyendo que dicha relación positiva existía, mientras que los sujetos expuestos a información que indicaba una relación negativa continuaron creyendo que existía relación negativa.

Las creencias iniciales pueden perseverar incluso frente a la invalidación de sus fuentes

Esto apoya la hipótesis de que aún luego de que la evidencia inicial en la que se basa la creencia fue totalmente desacreditada, la gente falla en reconsiderar y revisar sus propias creencias. El hecho de que las teorías de los sujetos sobreviven virtualmente intactas es particularmente sorprendente, cuando además consideramos lo débil de la información inicial (como en este ejemplo, sólo dos casos).

Pero aun falta algo. En el estudio 1 todos los sujetos armaron explicaciones sobre esta relación, de modo que es difícil evaluar desde ahí si las explicaciones juegan un rol mediador importante o no en la perseverancia de las creencias. Era necesario otro estudio.

En el Estudio 2 se intentó averiguar si las explicaciones son necesarias como precondición para la perseverancia de las creencias o si, en todo caso, incrementan la magnitud de dicha perseverancia. Igual que en estudio 1, todos los sujetos recibieron información con casos ilustrativos respecto a la relación positiva o negativa entre las dos variables para que “descubran” la relación. A un tercio de los sujetos se les pidió que escriban una explicación que dé cuenta de la relación descubierta y luego recibieron debriefing respecto a que los casos presentados eran falsos. A otro tercio no se les pidió explicación y recibieron debriefing respecto a la falsedad de la información. Al tercio restante no se les pidió explicación y no recibieron debriefing. De modo que quedaron conformados tres grupos: 1) No explicación/No debriefing; 2) Explicación/ Debriefing y 3) No explicación/ Debriefing. Finalmente, como en el estudio anterior, los sujetos completaron una serie de cuestionarios que evaluaban sus creencias respecto a la verdadera relación entre estas dos variables y el poder predictivo de esta relación.

La perseverancia de las creencias está mediada en parte por la generación de explicaciones causales

Si la hipótesis mencionada al comienzo es cierta, y el armado de explicaciones tiene poder mediador sobre la magnitud de la perseverancia en las creencias, esperamos que de los grupos que recibieron debriefing, presente mayor perseverancia aquel que realizó la explicación escrita. Y eso fue lo que ocurrió: aquellos que no realizaron la explicación y recibieron debriefing refirieron creencias menos extremas que aquellos que sí realizaron la explicación –y, por supuesto, que aquellos que no recibieron debriefing-. De esta manera, podemos notar que el proceso de explicar la relación observada aumenta la perseverancia de los sujetos en sus creencias respecto de la relación que “descubrieron”.

Estos resultados nos permiten concluir tres cosas: a) que la gente se aferra a sus creencias mucho más de lo que es lógicamente esperable, aún cuando la evidencia que las sostiene es sumamente débil, como es el ejemplo de dos casos de dudosa procedencia, b) que las creencias iniciales pueden perseverar incluso frente a la invalidación de sus fuentes, c) que la perseverancia de las creencias está mediada en parte por la generación de explicaciones causales, aun luego de la refutación de la información en la que se basan.

Quedan algunos interrogantes que hipotéticamente podrían constituir posibles formas de disminuir la perseverancia en las creencias y los efectos adversos que tiene en tantas áreas como en los contextos clínicos o de toma de decisiones: ¿los efectos de esa perseverancia podrían reducirse si los sujetos, luego del debriefing, fueran invitados a pensar en las explicaciones que hubieran dado si hubieran estado en el otro grupo opuesto al de ellos? ¿o si se les hubiera solicitado hacer una lista de todas las posibles razones que podrían imaginar que podrían producir tanto una relación positiva como negativa entre las dos variables estudiadas?

¿Podría ser la práctica de tomar diferentes perspectivas un antídoto contra la perseverancia de las creencias desacreditadas? ¿Qué hace que algunas personas muestren más perseverancia que otras? Quedan muchas preguntas sin responder pero como ocurre con la buena investigación, más que cerrar con respuestas, habilita nuevas y mejores preguntas.

Ilustraciones de Fabián Valenzuela. Te invitamos a visitar su Página de Facebook  para que conozcas más de su trabajo.

Referencias

Anderson, Lepper & Ross (1980) Perseverance of Social Theories: The Role of Explanation in the Persistence of Discredited Information. Journal of Personality and Social Psychology, Vol. 39, No.6, 1037-1049.

Jennings, D. L., Lepper, M. R., & Ross, L. Persistence of impressions of personal persuasiveness:

Perseverance of erroneous self-assessments outside the debriefing paradigm. Unpublished manuscript, Stanford University, 1980.

Kelley, H. H. Attribution theory in social psychology. In D. Levine (Ed.), Nebraska symposium on

motivation (Vol. 15). Lincoln: University of Nebraska Press, 1967.

Kelley, H. H. The processes of causal attribution. American Psychologist, 1973, 28, 107-128.

Ross, L., Lepper, M. R, & Hubbard, M. Perseverance in self-perception and social perception: Biased attributional processes in the debriefing paradigm. Journal of Personality and Social Psychology, 1975, 32, 880-892.

Ross, L., Lepper, M. R., Strack, F., & Steinmetz, J. Social explanation and social expectation: Effects

 

Salsa de yogur, pepino y ajo
Esta es mi porción de cordero con la salsa de yogur, ajo y pepino, acompañado con una ensalada de lechuga.
Salsa de yogur, pepino y ajo
Mi marido se armó este shawarma, con cebolla, tomate, lechuga, perejil picado y tiras de cordero aderezado con el yayej o el tzatziki
Realmente delicioso!!.
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