No hace falta que explique cuáles fueron los primeros recortes que hizo el actual gobierno. Por quien esté perdido, los primeros y siguientes recortes fueron para todo lo relacionado con acción social: Servicios Sociales públicos y Tercer Sector, por supuesto entre otros muchos recortes. Las consecuencias de todo han sido terribles para la ciudadanía y para los profesionales implicados en estas ocupaciones, ya que muchos de ellos han acabado en la calle. Los profesionales con experiencia están desempleados, y los nuevos profesionales con titulaciones relacionadas con lo social no pueden encontrar trabajo. El desempleo en este colectivo es vergonzoso y alarmante.
Por ser mi ámbito, hablaré de los trabajadores sociales. Estoy en varios grupos de Facebook de trabajadores sociales. Una de las cosas que más me ha chocado desde que interacciono allí es el pesimismo reinante. Cuando interaccionaba con desempleados de todo tipo, aún había algo positivo, un rayito de esperanza. En los grupos de trabajadores sociales se ve de forma clarísima el rostro de la desesperación de quien ha perdido su empleo y ve que su búsqueda es infructuosa. También por los muchísimos profesionales que nunca han podido ejercer, a pesar de su vocación.
Podemos echar la culpa al gobierno, pero no olvidemos nuestra culpa. Los profesionales de la intervención social hemos sido demasiado conformistas. Y si de algo estoy convencida es de que si la gente de a pie conociese a los trabajadores sociales y los considerase necesarios, igual que pasa con los médicos y los maestros, esta situación tan sangrante no se estaría dando. Muy pocas personas valoran el Trabajo Social y eso también nos afecta. ¿Por qué no se valora el Trabajo Social en España? Te doy a continuación varias razones por las que creo que es así.
El Trabajo Social necesita explicarse
La gente sabe qué hace un médico, un maestro, un carpintero… pero si dices que eres trabajador social ¿se entiende? Normalmente no. No hay una idea intuitiva de la profesión. Pasa con otras ocupaciones, en especial con las de ciencias sociales, que suelen ser disciplinas más modernas que las ciencias experimentales. Otro ejemplo de esto es la sociología. De primeras nadie sabe lo que hace un sociólogo. Si dices tu profesión y la gente te mira con cara rara… mal andamos…
Las ciencias sociales en España no se valoran
Mi experiencia me dice que en este país se valora lo que al menos en teoría es difícil. Y las disciplinas consideradas difíciles son las matemáticas y todo tipo de ciencias experimentales. La física, la química, las matemáticas, la informática también estaría en el grupo de las difíciles. Cuando estudias algo de ciencias sociales y humanidades es porque, pobre de tí, no llegas a más, o no te da la gana porque eras el gamberro del instituto. A partir de ahí que nadie espere que se le valore mucho.
Ni qué decir tiene que el hecho de tener unos estudios te da una serie de habilidades. Las empresas españolas en general no saben valorar a los titulados en ciencias sociales. Piensan que no pueden aportarles nada.
Si no eres ingeniero no eres nadie
Esto es exactamente lo que hace un tiempo me dijo un estudiante de ADE. Y es fuerte que un chico tan joven piense que sus estudios no tienen oportunidades profesionales. Casi todo el mundo piensa que las ingenierías son las carreras más difíciles. Por tanto, se tiene a sus egresados por los más inteligentes y esforzados. Hace ya tiempo que muchas de las ofertas de empleo que salen para titulados universitarios son para ingenieros. La dificultad de la carrera y la gran cantidad de salidas profesionales hacen de los ingenieros los profesionales más valorados del “mercado laboral” y con diferencia.
Si tu carrera es “facilita”, como Trabajo Social, se te tiene por menos y más posibilidades tienes de engrosar las filas del paro.
El desconocimiento y la mala prensa de los Servicios Sociales públicos
Tenemos un Sistema Público de Servicios Sociales bastante más débil de lo que debería ser. Un niño a partir de 6 años tiene derecho a una plaza en un colegio y ese derecho se cumple. Sin embargo, si una persona necesita ingresar en una residencia para la tercera edad, es muy frecuente que no tenga plaza en una pública y tiene que estar en lista de espera. Lo cuál revela la deficiencia de lo público en el ámbito de la atención social.
Cuando alguien acude a los Servicios Sociales públicos quiere que le solucionen un problema, pero hay que tener también en cuenta que los que atienden están sufriendo asimismo los recortes en su trabajo. Sumando a eso que esos trabajadores sociales son funcionarios y a los funcionarios se les tiende a tachar de vagos y de que no ayudan a nadie. Seamos conscientes de cuándo esto es cierto y de cuándo no lo es, no todos son iguales.
El desconocimiento y la mala prensa del Tercer Sector
Para muchas personas, las asociaciones y ONGs son aquellas entidades que tienen un morro que se lo pisan ya que reciben subvenciones públicas hasta hartarse. Bien, el Tercer Sector nunca ha recibido tanto dinero público como muchos creen, pero en muchas ocasiones sí el suficiente para lograr mantenerse. Prueba de esto es la cantidad de trabajadores que han acabado en la calle cuando les han cortado la subvención, cosa que algunos de esos trabajadores me han comentado personalmente.
Estas asociaciones que tanto morro tienen son necesarias para dar respuesta a lo que la adminisración pública no hace. Por ejemplo, ante un problema social y de salud pública como es el Alzheimer y las demencias, han sido las asociaciones las que han hecho algo, ya que si esperamos a que el gobierno haga algo (que lo debe hacer) ¿cómo estaríamos si ni siquiera hay un plan nacional? Como este ejemplo hay miles más de necesidades que van surgiendo y ante las cuáles hay que responder.
Lo social no da dinero
No todos los trabajadores sociales son funcionarios, los hay también en el Tercer Sector, como acabamos de ver. Los trabajadores sociales empleados en ONGs tienen un sueldo bastante bajo para su cualificación profesional. Sus condiciones laborales son asimismo muy deficientes. Otro tema lleno de aristas en este sentido es el del voluntariado. Tanto voluntariado se mueve en el Tercer Sector que muchas veces parece que de alguna manera se tiene a los profesionales de la intervención social como gente que trabaja gratis. Y ya se sabe que lo que no se paga no se valora. Volveré al tema del voluntariado porque realmente le tengo ganas.
¿También tú piensas que el Trabajo Social no se valora? ¿Por qué?
Estas son las seis razones que veo para explicar por qué no se valora a los trabajadores sociales. Si tienes ideas para aumentar esta lista, puedes aportarlo en los comentarios, será ideal para enriquecer el debate.