Si hay hombres que todavía creen que las mujeres son el sexo débil, es hora de que cambien su punto de vista. La prueba más inequívoca a este respecto es su mayor longevidad. En promedio, un hombre puede correr una distancia de 100 metros más rápido que una mujer promedio, así como levantar más peso. Pero hoy en día las mujeres sobreviven a los hombres en unos cinco a seis años. A los 85 años hay aproximadamente seis mujeres por cada cuatro hombres. A los 100 años la proporción es de más de dos a uno. Y a la edad de 122, el actual récord mundial de longevidad humana, la puntuación se sitúa en uno a cero a favor de las mujeres.
Entonces, ¿por qué las mujeres viven más que los hombres? Una de las posibles causas que llevan a los varones a muertes más prematuras son las dificultades y el estrés de sus vidas laborales, pero, si esto fuera así, la mayor igualdad entre ambos sexos en el mundo moderno debería reducir cuanto menos esa brecha. Sin embargo, hay poca evidencia de que esto esté sucediendo. Las mujeres sobreviven a los hombres ahora tanto como cuando se veían relegadas a ser amas de casa. Por otra parte,¿quién cree que la tensión y el estrés sólo pueden asociarse al trabajo fuera de casa? Basta con pensar en el estrés y las tensiones que han existido siempre en el papel tradicional de las mujeres llevando un hogar típico como para hacerse una idea de que ese estilo de vida es tan duro como cualquier otro. De hecho, estadísticamente hablando, el matrimonio es un mejor negocio para un hombre que para una mujer, los hombres casados tienden a vivir muchos más años que los solteros, mientras que las mujeres casadas viven sólo un poco más que las solteras. Entonces, ¿quién tiene realmente una vida más fácil?
Podría ser que las mujeres viven más tiempo porque desarrollan hábitos más saludables que los hombres; por ejemplo, fumar y beber menos o una elección de una dieta mejor. Pero el número de mujeres que fuman va en aumento y muchos otras beben y comen alimentos poco saludables. En cualquier caso, si las mujeres tuvieran estilos de vida más saludables, ¿por qué a pesar de vivir más tiempo, en su vejez tienen peor salud que los hombres? Así pues, el estilo de vida tampoco parece dar una respuesta.
Como gerontólogo experimental, me acerco a este asunto desde una perspectiva biológica más amplia biológica, mirando a otros animales. Resulta que las hembras de la mayoría de las especies viven más que los machos. Este fenómeno sugiere que la explicación de la diferencia entre los humanos podría encontrarse en lo más profundo de nuestra biología.
Muchos científicos creen que el proceso de envejecimiento es causado por la acumulación gradual de un gran número de pequeños errores de forma individual, algunos daños en una cadena de ADN aquí, una molécula de proteína loca allí, y así sucesivamente. Esta acumulación degenerativa significa que la longitud de nuestra vida se rige por el equilibrio entre la rapidez con que daños nuevos atacan a nuestras células y la eficiencia con que este daño se corrige. Los mecanismos del cuerpo para mantener y reparar nuestras células son maravillosamente eficaces, pero estos mecanismos no son perfectos. Algunos de los daños no reparados se acumulan a lo largo de los días, meses y años.Envejecemos porque nuestro cuerpo sigue cometiendo errores.
Bien podríamos preguntarnos por qué nuestro cuerpo no se repara a sí mismo mejor. De hecho, probablemente podría arreglar los daños mejor de lo que ya lo hace. Al menos en teoría, podría incluso hacerlo lo suficientemente bien como para vivir para siempre. La razón de por qué no lo hacemos, creo yo, es porque habría más costo energético de lo que ganaríamos con ello. Nuestros antepasados recolectores-cazadores se enfrentaban a una lucha constante contra el hambre. Bajo la presión de la selección natural que fuerza a hacer el mejor uso posible de los suministros energéticos, nuestra especie dio mayor prioridad al crecimiento y la reproducción que a la vida para siempre. Nuestros genes convirtieron nuestros cuerpos en un vehículo a corto plazo, que se mantiene lo suficientemente bien como para crecer y reproducirse, pero no para hacer una inversión mayor en cuanto a durabilidad, cuando la probabilidad de morir de muerte accidental es tan grande. En otras palabras, los genes son inmortales, pero el cuerpo (lo que los griegos llamaban soma) es desechable.
O al menos esa es la idea que se propuso a finales de 1970. Desde entonces, la evidencia para apoyar esta teoría de un soma desechable ha crecido significativamente, ya escribí sobre ello hace unos meses (Art: Por qué no podemos vivir para siempre?). En mi propio laboratorio hace unos años se demostró que los animales más longevos tienen mejores sistemas de mantenimiento y reparación que los animales con una vida corta. Los animales que viven más tiempo son también los más inteligentes, o los más grandes, o los que, como las aves y los murciélagos han sufrido adaptaciones evolutivas como alas para hacer su vida más segura. Si ser más inteligentes, o más grandes, o volar puede evitar accidentes del entorno, el cuerpo es en consecuencia un poco menos prescindible, y vale la pena gastar más energía en su reparación.
¿Podría ser entonces, que las mujeres vivan más porque son menos prescindibles que los hombres? Esta noción, de hecho, tiene un sentido biológico excelente. En los seres humanos, como en la mayoría de las especies animales, el estado del cuerpo femenino es muy importante para el éxito de la reproducción. El feto necesita crecer dentro del útero de la madre y el bebé necesita amamantarse del pecho de ésta. Así que si el cuerpo de la hembra está demasiado debilitado por el daño, es una amenaza real para sus posibilidades de tener una descendencia sana. El papel reproductiva del hombre, en cambio, depende menos de una buena salud.
Pero sería demasiado extremo decir que desde un punto de vista biológico, los hombres sólo necesitan atraer a una pareja y luego pueden morirse. Un estudio realizado con niños en Tanzania, por ejemplo, demostró que los niños que perdieron a su padre antes de los 15 años tienden a ser un poco más bajos, y la altura es un indicador bastante bueno de salud. Pero los niños que habían perdido a su madre les fue aún peor, no sólo eran más bajos, sino que además eran más pobres y no vivían tanto como los huérfanos de padre. Desde el punto de vista evolutivo, sin embargo, las bases del éxito del apareamiento en los machos no son por lo general los marcadores de la longevidad. De hecho, los altos niveles de testosterona, que aumentan la fertilidad masculina, son muy malos para la supervivencia a largo plazo.
Las mujeres todavía pueden tener dificultades para lograr la igualdad en muchos ámbitos de la vida. Para ser menos prescindibles, sin embargo, es una bendición que ofrece algún tipo de compensación. Hay evidencia de estudios en roedores que demuestran que las células en un cuerpo femenino reparar el daño mejor que en el cuerpo de un varón y la extirpación quirúrgica de los ovarios elimina esta diferencia. Como muchos dueños de perros y gatos pueden dar fe, los machos castrados suelen vivir más que sus homólogos que conservan sus genitales. De hecho, esta evidencia apoya la idea de que la castración masculina podría ser el camino a una vida más larga.
¿Podría ocurrir lo mismo con los seres humanos? Los eunucos fueron una vez miembros de la élite en muchas sociedades. En China, los niños eran castrados para que pudieran servir al emperador, sin el riesgo de confraternizar con sus concubinas. En Europa, este tipo de prácticas extremas se utilizaba para conservar las cualidades vocales de los niños a medida que avanzaban en la adolescencia.
El registro histórico no es suficiente para determinar si los eunucos tienden a sobrevivir a los hombres sanos normales, pero algunos registros sugieren que lo hacen.Varios años atrás, la castración de los hombres en las instituciones para enfermos mentales era sorprendentemente común. En un estudio de varios cientos de hombres en una institución sin nombre en Kansas, los hombres castrados vivían en promedio 14 años más que sus compañeros no castrados. Sin embargo, dudo que muchos hombres (me incluyo) eligieran esta medida drástica para comprar vivir años adicionales.
Autor: Thomas Kirkwood
Enlace original: Why women live longer?