El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría ha dado a conocer una serie de interesantes consideraciones sobre la lactancia materna prolongada, descriptiva que se atribuye a los niños que siguen siendo amamantados después de cumplir los 12 meses. Una de las consideraciones es una aclaración, según este comité, la descriptiva ‘lactancia materna prolongada’ puede dar lugar a confusión, ya que prolongar significa hacer que algo dure más de lo normal o de lo que se haya establecido, por lo que puede hacer creer que los bebés que siguen siendo amamantados pasado un año, están más allá de las recomendaciones que se brindan sobre el tiempo de lactancia materna óptimo. Por tanto, a fin de normalizar y desterrar esa percepción errónea, hay que hablar simplemente de lactancia materna.
En los países occidentales no es frecuente que se supere el año de lactancia, seguir amamantando al bebé pasado este tiempo no parece estar bien visto y en ocasiones, las madres que deciden seguir amamantando a sus bebés después de los 12 meses, pueden encontrarse con el rechazo de la familia, de la sociedad e incluso de algunos profesionales sanitarios, un rechazo que es fruto de mitos y creencias personales. Hay que recordar que la lactancia ya sufre prejuicios por parte de un sector de la sociedad considerándose como algo inmoral, de ahí que se luche por reivindicar la naturalidad del amamantamiento y eliminar esos tabúes que son fruto de la incomprensión y el desconocimiento.
Muchas organizaciones e instituciones del mundo como por ejemplo Unicef, OMS, AEP, NAPNAP, CPS o ABA, entre otras, recomiendan que la lactancia materna sea el único alimento que reciba un bebé hasta los seis meses de edad, posteriormente se ha de complementar con la introducción de otros alimentos hasta los 12-24 meses de edad, apuntando además que la lactancia materna se puede mantener todo el tiempo que lo deseen madre e hijo. De esto ya hablábamos hace unos años en este post. La OMS recomienda desde hace tiempo que la lactancia se debe mantener hasta que madre o hijo decidan ponerle fin, sin tener que aplicar ningún límite de tiempo, de hecho, algunos estudios antropológicos determinan que la franja natural de lactancia se establece entre los dos y siete años de edad.
Además del pecho, a partir de los seis meses los bebés deben tomar una dieta variada rica en hierro y no necesariamente debe recurrir a otras fuentes de lácteos, especialmente si realizan al menos cuatro tomas diarias de pecho. Los expertos apuntan que en el caso de los países en vías de desarrollo, la lactancia artificial ofrece más riesgos y provoca una morbi-mortalidad infantil mayor, la razón es que las condiciones higiénicas son más precarias y tienen mayores dificultades de poder acceder al agua potable. A esto deberíamos sumar que resulta más cara y las familias con economías limitadas deben realizar un mayor esfuerzo económico para poder adquirir la leche de fórmula.
Para las madres de los países en vías de desarrollo la mejor opción es la lactancia materna en niños menores de 2 años, mejora significativamente la salud de los pequeños protegiéndolos más eficazmente que cualquier otro método de intervención preventiva. Un destete antes de tiempo en estos países es un riesgo importante para los bebés y para sus madres, por ello se recomienda como objetivo de salud pública mejorar la tasa de lactancia manteniéndose después de los 12 meses. Antaño y a lo largo de los siglos ha sido normal que los bebés fueran amamantados hasta los 24-36 meses de edad, pero llegados al siglo XX, a la alimentación artificial y a los cambios sociales, se generalizó el destete prematuro de los bebés y en esto tienen mucha culpa las compañías responsables de la fabricación de la leche de fórmula y otros alimentos destinados a los bebés.
Hay que tener en cuenta una serie de beneficios y propiedades de la leche materna, son muchas las personas que creen que pasados los 12 meses de lactancia la leche ya no es un alimento con el valor nutricional que tenía y eso es un error. La leche materna no pierde sus propiedades con el paso del tiempo, a partir de los 12 meses, la cantidad de grasa se incrementa en la leche, por lo que resulta un alimento muy nutritivo y completo, mucho mejor que la leche de vaca o de fórmula. Hasta un tercio de las necesidades calóricas y proteicas de un bebé a partir de los 12 meses son satisfechas con la lactancia materna. Un mayor tiempo de lactancia reduce el riesgo de sufrir determinados tipos de enfermedades y cáncer en los bebés, como por ejemplo la leucemia infantil, enfermedades metabólicas y autoinmunes. Los expertos apuntan además que los efectos de la lactancia materna durante un periodo de tiempo superior a los 12 meses son permanentes durante años.
Más beneficios de la lactancia materna después de los 12 meses son la menor incidencia del maltrato infantil, mejor desarrollo emocional y psicosocial de los bebés, mejor relación entre padres e hijos en la adolescencia, y así un largo etcétera. Pero también resulta muy beneficioso para las madres, pues tienen menor riesgo de sufrir cáncer de mama o de ovarios, hipertensión, diabetes tipo 2… Como podemos observar son muchísimos los beneficios de mantener la lactancia materna pasados el año del bebé. Ahora bien, hablando de los países desarrollados y teniendo en cuenta todo lo indicado, quizá la OMS y otros organismos e instituciones deberían ampliar la recomendación mínima de brindar lactancia materna, pasando de los 6 a los 12 meses como mínimo, y hacer una especial recomendación de que se mantenga pasado este tiempo si madre e hijo así lo quieren.
A veces se ha hablado de riesgos por exceder la lactancia materna, riesgos que son fruto de las convicciones personales y del desconocimiento, los investigadores han demostrado que no existe ningún tipo de riesgo en los niños que toman leche materna a partir de los 24 meses de edad, no existe relación con problemas como la caries infantil o la malnutrición (países en vías de desarrollo). Como decíamos, el problema que se encuentra la lactancia materna “prolongada” es el rechazo social, y en el caso de los profesionales sanitarios, si una madre decide mantener la lactancia hasta que el bebé quiera, deberían apoyarla y brindarle las herramientas y consejos necesarios para superar las posibles dificultades que pudieran surgir.
Sobre el destete en la lactancia prolongada, los expertos recomiendan que se haga de forma gradual, no hay que negar el pecho y negociar con el niño las condiciones de la toma. Se recomienda ofrecer alternativas a la necesidad de contacto que tiene el niño y la razón es obvia, la relación establecida a través de la lactancia es un vínculo muy estrecho que debe ir reorientándose de forma gradual. Este artículo del Comité de Lactancia Materna de la AEP es realmente interesante, merece la pena leerlo para tomar una decisión informada y alejar los prejuicios y rechazos que generan el desconocimiento y las convicciones personales, seguro que muchas personas dejarán de utilizar la definición ‘lactancia materna prolongada’.
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¿Por qué le llaman lactancia materna prolongada cuando es simplemente lactancia materna?