¿Por qué lo haces? ¿Para qué te sirve?

Son mis dos preguntas favoritas, el punto de partida para muchos cambios (para mi y para las personas que trabajan conmigo). Te ayudan a descifrar si lo que haces fue tu idea o si simplemente estás copiando las exigencias de otros.

¿Por qué lo haces?

El por qué de tus actividades te ayuda a descubrir tu motivación inmediata. ¿Por qué te levantas tan temprano? ¿Por qué meditas? ¿Por qué organizas una reunión semanal con tu equipo? ¿Por qué guardas aquella ropa que no te has puesto en décadas?

Quizás tienes una buena razón, o tal vez te das cuenta que lo haces porque “siempre lo he hecho”, porque “se supone que lo hago” o porque “me mirarían mal si no lo haría”. La pregunta funciona para actividades que te agobian y también para actividades que haces casi sin pensar: ¿por qué haces lo que haces? ¿Y si tuvieras que decidir desde cero, también lo harías de esta manera?

¿Para qué te sirve?

¡Ojo! No es necesario que cada actividad de tu día a día esté organizado a la perfección, alineado con un objetivo más grande y encajado en tu modelo de productividad. Tienes derecho a descansar, a recargar las pilas, a ser creativa, a soñar, a divertirte.

La clave está en descubrir aquellas actividades que en su día empezaste por una razón y que hoy en día ya no te sirven: los hobbies que ya no te interesan, los informes que sigues rellenando aunque ya nadie los mira, la decoración navideña que en realidad ya se podría guardar para el próximo año.

Dos preguntas contra el agobio

Si te sientes agobiada porque tu día está demasiado lleno, porque no llegas a todo o porque tienes la impresión de que no avanzas, entonces es el momento de hacerte estas preguntas claves. No busques más trucos de productividad, sino analiza a qué dedicas tu tiempo y tu energía y cuál de estas exigencias (propias o ajenas) ya no encajan con tus momento actual.

¿Por qué lo haces?¿Para que te sirve?

Si lo haces porque siempre lo has hecho, porque has leído que se debería hacer, porque tu mejor amiga dijo que te iría bien… quizás es hora de volver a confiar en ti misma.