Hace un par de días estuve leyendo los diferentes puntos de vistas que hay sobre el problema de Iberia. Lo curioso es que en este artículo hacían referencia a la forma de actuar de un directivo muy particular en Japón.
Para ello podemos analizar cualquier presidente de alguna de las muchas compañías que han cerrado en estos tiempos de crisis en nuestro país (por desgracia tenemos multitud para elegir).
En Spainair la cúpula cobraba millones mientras la aerolínea se iba a pique. El sueldo de uno de sus directivos alcanzaba los 600.000 euros, aunque después se lo bajó a 300.000 porque quería dedicarse a otras tareas.
Este ejemplo que por desgracia podemos ver a montones; me enerva la sangre. Una aerolínea que desaparece por sus deudas mientras sus dirigentes cobran un sueldazo. Lo peor es que en España esto es lo lógico…
Ahora, os presento a Haruka Nishimatsu, CEO de Japan Airlines, uno de las más importantes a nivel mundial. Este japonés pidió perdón por tener que despedir a 600 trabajadores y tener que llevar unas medidas muy fuertes que afectarían a todos.
Ahora, se dirige a su trabajo en autobús, hace cola en el comedor de la aerolínea, no tiene despacho propio sino que trabaja junto al resto de trabajadores y su sueldo es inferior al que cobra cualquiera de sus pilotos (90.000$ al año).
Mientras tanto en España la ex directora de la CAM indica que por su despido dejó de ganar 10 millones de euros y por supuesto exige una indemnización.
En alguna ocasión ya he comentado que deberíamos aprender mucho de la cultura japonesa y este es otro claro ejemplo.
Aquí todos podemos cobrar sueldos multimillonarios pero si después resulta que nuestra empresa se declara em quiebra… es porque tener una empresa es como una lotería y a veces te toca el número malo y contra eso y la mala suerte lo único que puedes hacer es cerrar.