A diferencia de los humanos modernos, los neandertales no sabían dibujar figuras que fueran reconocibles. Y esa diferencia de capacidades ha intrigado durante muchísimo tiempo a los científicos. Pero, ahora, un nuevo estudio realizado por Richard Cross (izquierda), investigador de la Universidad de California, podría haber descubierto la causa. Y no sería otra que la diferencia entre las distintas técnicas de caza de una especie humana y la otra.
En un artículo recientemente publicado en la revista Evolutionary Studies in Imaginative Culture, Coss examina la evidencia arqueológica, la genómica, los estudios de neurociencia, el comportamiento animal y el arte rupestre prehistórico.
Según la tesis de Cross, los neandertales tenían un sistema de caza basado en arrojar lanzas contra sus presas desde cierta distancia, lo que disminuía el riesgo que implicaba la cacería. En cambio, los humanos modernos desarrollaron estrategias cada vez más sofisticadas de acecho, que involucraban en ocasiones acercarse mucho a los animales.
Según el investigador, los neandertales eran capaces de visualizar la imagen de un animal, pero no podían articular los impulsos motrices que necesitaba una mano para convertir esos patrones mentales en un dibujo. En cambio, los dibujos en cuevas realizados por humanos modernos revelan que los movimientos de la mano necesarios para llevarlos a cabo, eran similares a los que empleaban en muchas de sus técnicas de caza.
La caza se relaciona con el dibujo
"Los Neandertales podían visualizar mentalmente animales que previamente habían visto, de memoria, pero no eran capaces de trasladar esas imágenes mentales de manera efectiva dentro de los patrones de movimiento coordinado de una mano necesarios para dibujar", escribe Cross.
Foto: Representación de animales en la cueva de Chauvet, Francia.
Estos dibujos podrían haber actuado como herramientas de enseñanza. "Dado que el acto de dibujar mejora las habilidades de observación, tal vez estos dibujos fueron útiles para conceptualizar cacerías, evaluar la atención del juego de caza, seleccionar áreas del cuerpo vulnerables como objetivos y fomentar la cohesión del grupo a través de ceremonias espirituales", escribe.
Como resultado, la llegada del dibujo pudo haber preparado el escenario para los cambios culturales, dice Coss. "Existen enormes implicaciones sociales en esta capacidad de compartir imágenes mentales con los miembros del grupo".
Cross cree que el desarrollo de esas estrategias de caza más sofisticadas, contribuyó a desarrollar la región del cerebro que integra los movimientos visuales y la coordinación motriz, y de esa manera se desarrolló también su capacidad para aprender a dibujar figuras que resultaran reconocibles a los ojos de los demás.
Fuente | Historia y Arqueologia