Si un niño tiene malos hábitos alimenticios puede ser un riesgo para su salud, porque como come a todas horas y no tiene ningún control de sus padres en cuanto a los alimentos que consume llega a engordar y a ser propenso a un sinfín de enfermedades. Además, si no incorpora todas las vitaminas y minerales que necesita para su correcto desarrollo es más propenso a enfermarse y a no desarrollarse correctamente.
Las consecuencias no es sólo verse gordito, sino que su organismo está expuesto a adquirir otras enfermedades como la diabetes, presión alta, colesterol alto si no se alimenta balanceadamente: esto quiere decir que el comer frutas y verduras es imprescindible para su salud.
Las comidas que consumen gran parte de los niños son comida rápida como sándwich, gaseosas, pizza, golosinas, además que no realizan ningún deporte y pasan sus ratos libres jugando play station, viendo televisión o navegando y chateando horas de horas por Internet.
Por eso es importante que los niños para que se mantengan sanos, vitales y fuertes, los padres deben dar el ejemplo a sus hijos consumiendo comida saludable, además de educarlos desde temprana edad para que tengan sanos hábitos alimenticios.
Los niños a partir de los seis años de edad deben ingerir cinco comidas al día: el desayuno, merienda matutina, almuerzo, merienda vespertina y cena. De todas estas comidas la más importante es el desayuno: los niños que no desayunan tienen menor rendimiento escolar o su capacidad de cálculo y razonamiento son bajas a comparación de los que sí desayunan, además que son mas propensos a engordar.
El almuerzo siempre debe existir en el plato de comida una ración de carne, cereales (arroz, fideo, trigo) y verduras sobre todo las amarillas y verdes por su alto contenido de vitamina A y hierro.
Para que los padres eviten que sus hijos consuman en el colegio dulces, gaseosas y comida chatarra, una buena idea es evitar darles dinero y mandarles botellitas de yogurt, refrescos en bolsa, fruta picada, galletas integrales o pan con dulce de leche, mermelada o manteca como merienda, pero sobre todo, la educación es primordial para que el comer sano no sea obligatorio y feo, sino, una sana costumbre familiar.
En cuanto a la cena, se puede acompañar con un sándwich de huevo o carne siempre acompañado de verduras, más un jugo de de frutas.
Seguir estos consejos para muchas madres no es tan simple, sobre todo porque existen niños que se niegan a consumir frutas y verduras consumiendo alimentos de su preferencia, como las carnes.
Los padres no deben obligar a sus hijos a que acaben toda la comida que hay en el plato. Es más fácil para ellos consumir esta clase de alimentos si toda la familia lo hace o en otras palabras comer en familia.
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