Los niños de forma instintiva sienten una atracción natural hacia el agua, el aire, el fuego y la tierra.
Los cuatro elementos junto con el sol, la luna, las estrellas y las estaciones son fuentes inagotables de juego creativo, sobretodo en la etapa preescolar.
Podríamos decir que las mejores actividades de juego son aquellas en las que el niño/a entra en contacto directo con estos elementos, aunque a veces puede ser un juguete, que le ofrezca este contacto.
Pero, ¿les damos la oportunidad de jugar de forma creativa con estos elementos? ¿Les ayudamos a percibir las leyes del mundo natural ? ¿Cómo podemos hacerlo cuando son más pequeños?
¡Son tantas las cosas que podríamos hacer! Voy a darte algunas ideas sencillas…
Elemento Aire
Podemos experimentar y vivienciar el aire, saliendo fuera y haciendo volar cometas en días de viento, o aviones y golondrinas de papel.
También, jugando con burbujas de jabón o con molinillos que giran.
Incluso fabricar algún juguete sencillo como los anillos de baile, tan característicos de las escuelas Waldorf;
Unos aros de madera, unas cintas de lazo de colores y ¡a volar! ¿Puede haber algo más fácil y divertido?
Cuando estemos en plena naturaleza y según la estación, vayamos a la caza de copos de nieve, o de aquellas hojas de otoño que caen de los árboles,…
Y dentro de casa, ¿por qué no experimentamos con instrumentos de aire, como las flautas de caña o las pipas de soplar? (Que además van a ayudar a desarrollar el habla y la correcta articulación de los fonemas.)
¿O hacemos volar plumas ligeras o trocitos de papel sobre la mesa?
Elemento Fuego
Es importante que el fuego esté presente también en nuestro hogar. Los niños deben poder admirar la belleza de una llama cuando baila.
Ya sabes que en nuestra casa, en cada comida o cena que compartimos en familia, encendemos una vela, que Sunflower hace mucho tiempo que siempre apaga con un soplido, y que ahora ya desea encender ella misma, con una cerilla larga. También le encanta decorarlas con cera de modelar.
¿Y qué hay de las barbacoas? Podemos asar manzanas, patatas o castañas.
Si tenemos chimenea, les encantará alimentar el fuego con madera que hayamos serrado juntos, o encontrado en el bosque. O simplemente podemos cocinar juntos en el fuego, un momento que puede ser de verdadero encuentro, calor y alegría.
Elemento Agua
Ahora que ya hace buen tiempo, vayamos a la playa a cavar canales, o a los arroyos de primavera y hagamos navegar pequeñas barquitas o embarcaciones, incluso podemos fabricar las nuestras con materiales tan sencillos como una cáscara de nuez.
Hagamos trasvases de agua en diferentes recipientes, o transformemos una sencilla bandeja de plástico (como las de Ikea), en un pequeño mundo-isla.
¿Y si creamos una cadena de lluvia con materiales que tengamos por casa? ¡Eso sí que es divertido! Mira estas ideas. (Muy pronto nosotros haremos la nuestra propia y te la mostraré.)
Y si no hay terraza o jardín en casa, hagamos juegos de agua en la bañera, donde estaría bien tener preparada una cesta con tazas y vasos, o embudos y botellas.
Elemento Tierra
¡Es tan maravilloso jugar con la arena! En la playa construyendo castillos, en el jardín o en el arenero del parque, haciendo excavaciones y buscando tesoros, como un hermoso gusano o una piedra enterrada. O haciendo pasteles y tartas decoradas con hojas o flores.
¡Y jugar con la tierra cuando llueve! Todos los niños deberían tener una buena equipación de ropa de lluvia, y disfrutar saltando en los charcos y pisoteando el barro como hacen en el cole de Sunflower.
Dentro de casa tengamos disponible un saquito de arena kinética, que aunque no es comparable a la experiencia de la arena natural, es mucho más limpia para el interior y en una mesa de luz puede ser todo un descubrimiento.
¿Y en el juego simbólico?
Podemos integrar los 4 elementos como un material muy interesante que ofrecer a nuestros hijos/as, no por nada uno de los best sellers de Grimm’s, y además premiado con el prestigioso sello Gold de Parent’s Choice Awards, es el gran puzzle de los 4 elementos naturales.
¡Es tan recomendable!
Teníamos muy buenas referencias de este material pero tengo que decir que la realidad supera cualquier expectativa previa, es de una calidad excepcional, un material ¡tan bello! Tocarlo y manipularlo es una experiencia sensorial increíble, un auténtico juguete verdadero, que tiene un potencial enorme para crear todo tipo de construcciones (cuevas, casitas, montañas y mares,…) que los niños pueden incorporar en sus montajes y escenarios de juego, y que además facilita el juego simbólico con los cuatro elementos naturales. ¡Nos entusiasma!
El que tenemos en casa es de nuestros amigos de Veobio (te hablé de ellos aquí), donde ya sabes que puedes encontrar una de las mejores selecciones de juguetes ecológicos del mercado. ¡Los preciosos enanitos del bosque que tanto participan en los juegos de Sunflower también son suyos!
Algunas consideraciones finales
No olvides que hay un montón de canciones, rimas e historias sobre los elementos naturales que podemos incorporar en las rutinas familiares. Mira esta rima por ejemplo de Tamara Chubarvosky sobre la lluvia.
Lo más importante es no convertir este acercamiento a los cuatro elementos en algo demasiado educativo o didáctico. Por muchas ganas que tengamos de explicar a nuestro hijo/a de 3 años cómo se crea la lluvia, o cómo se hacen los copos de nieve, debemos respetar sus experiencias espontáneas con todo lo que el mundo natural tiene para ofrecerle.
Como dice Karin Neuschutz , maestra Waldorf: “No destruyas el instante maravilloso cuando un niño descubre un copo de nieve en su abrigo, que aparece como si una flor mágica se tratase. Debemos dejar que los niños en edad preescolar conserven sus imágenes maravillosas, porque esas imágenes son reales y verdaderas para ellos. Ya habrá tiempo de que los niños muestren interés en aprender el porqué de las cosas y datos científicos.”
Así que deja que los cuatro elementos, aire, fuego, agua y tierra, sean compañeros de juego de tus hijos/as, les estás haciendo un regalo.
AguamarinaEl aire nos mueve.
El fuego nos transforma.
El agua nos moldea.
La tierra nos sana.