Dorna, la empresa española que organiza el Campeonato, pretende reducir el dominio hispano, basado en el excelente trabajo de la cantera, la buena organización y la cantidad de circuitos existentes, para incrementar el negocio y que más países se interesen por esta competición
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El Mundial de motociclismo en los últimos años es sinónimo de victoria española. Triunfo tras triunfo, la bandera rojigualda es casi la única que se iza en los mástiles de los grandes premios. El domingo,en el circuito valenciano de Cheste, una vez más se elevó a lo más alto en las tres pruebas, para ratificar que los españoles son los dueños una temporada más de esta especialidad. Márquez en Moto GP; Pol Espargaró en Moto 2 y Maverick Viñales en Moto 3 se proclamaron campeones del mundo. La supremacía de España en la última década en esta especialidad deportiva es avasalladora, consiguiendo esta temporada todos los récords de victorias, podios y campeonatos. Ningún país había demostrado en los 64 años de historia de esta competición un dominio tan absoluto. Esta campaña es la culminación de una década gloriosa, en la que ha sumado casi un tercio de las 42 coronas mundiales que jalonan su dilatado palmarés, situándose a solo tres de Reino Unido y algo más lejos de los 75 de Italia, las dos potencias tradicionales de este deporte. Pero los Márquez, Lorenzo, Pedrosa, Espargaró, Elías, Terol, Simon, Bautista y muchos más se han convertido en la generación más numerosa y laureada del deporte de las dos ruedas con motor, que ha situado a este país como la gran potencia mundial del motociclismo en la actualidad.Un éxito de este nivel no nace por generación espontánea. Al contrario, es fruto de un trabajo bien hecho, concienzudo, planificado y llevado a la práctica con decisión y maestría. Y, como es lógico, no obedece ni al esfuerzo de una sola persona ni a la existencia de un solo factor decisivo, sino a una labor de conjunto de empresas, instituciones y equipos de profesionales que han sabido darle importancia a lo que realmente lo tenía. Y entre los factores que han creado el caldo de cultivo idóneo para lograr una cosecha sin paragón se encuentran que la empresa que organiza todo este espectáculos es española, que este país dispone de una infraestructura de circuitos envidiable, con un clima idóneo, y que aquí se organizan las mejores pruebas para que los jóvenes pilotos aprendan y cojan la experiencia necesaria para destacar y que se fijen en ellos como posibles futuros campeones. Todo esto facilita que miles de aficionados a las motos se tomen esta admirada actividad como un manera de ganarse la vida de manera holgada y adquirir fama mundial dedicándose a lo que más les gusta hacer. El incremento de la competencia ha elevado, sin duda, el nivel de nuestros pilotos.
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España comenzó a ser conocida en el deporte de las dos ruedas gracias a héroes como Ángel Nieto, trece veces campeón del mundo en las categorías inferiores. Luego siguieron su estela otros campeones como Ricardo Tormo, Jorge Martínez "Aspar", Manuel "Champi" Herreros, Alex Crivillé y Sito Pons, pero estos fueron producto más del trabajo individual que de la planificación y del cultivo de las condiciones de un país. Hoy, sin embargo, el esfuerzo de los pilotos y sus equipos en unas competiciones bien organizadas y numerosas, permite que España se convierta en el principal vivero de pilotos del orbe, pues más del 25% de todos los que participan en el Mundial tienen DNI español. Debe ser uno de los pocos sectores en los que la crisis económica no ha hecho mella y los recortes han sido menores. Es más, muchos de los extranjeros que sobresalen en esta actividad hoy en día se han formado en los circuitos esparcidos por la piel de toro.Uno de los factores decisivos que han llevado a este éxito como país es que la empresa española Dorna cogió las riendas de esta competición en 1992, y casi a la vez se quedó igualmente con las gestión del Campeonato de España de Velocidad (CEV). Este nexo ha permitido convertir a la competición nacional en el escaparate más brillante para darse a conocer en este mercado. Bien organizada y con un importante número de pruebas, facilita a los jóvenes pilotos el mecanismo idóneo para adquirir experiencia antes de dar el salto al profesionalismo. Las federaciones territoriales de este deporte cuidan los circuitos y las empresas apoyan la creación de competiciones de gran nivel, como la Copa Movistar o la Cuna de Campeones, que nutren de pilotos de calidad a la parrilla de salida del Mundial.Y si España se caracterizaba por tener pilotos que sobresalían en las categorías de menor cilindrada, ahora también abarca la categoría reina. De hecho, desde el 2000, 16 de los 26 títulos mundiales han sido para pilotos de este país.
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Y si el presente es maravilloso, el futuro se presentaría esperanzador si se atiende a que las cilindradas menores están repletas de pilotos españoles que despuntan y crecen a pasos agigantados. Si bien, aparecen en lontananza algunos nubarrones que pueden echar por tierra este imperio en el que no se pone el sol, puesto que Dorna, deseosa de exportar esta competición a la mayoría de países europeos y de otros continentes, está viendo como las audiencias televisivas disminuyen en países que antes tenían algún campeón y que hoy han desaparecido de los podios debido al poderío de la escuadra española. Ante este interés crematístico, esta empresa, ubicada en las afueras de Barcelona, ha decidido no cobrar ninguna tasa a los pilotos extranjeros que participen en el Campeonato de España de Velocidad, para que aumente su número y lleguen a la élite más promesas de fuera. Por contra, los pilotos españoles tendrán que seguir abonando las tasas estipuladas, según han publicado varios medios especializados. Y a las dificultades económicas habrá que unir el incremento de la competencia llegada del exterior.El interés de exportar este atractivo producto es legítimo y respetable, pero intentar hacerlo menguando las posibilidades de triunfo de los jóvenes pilotos españoles no parece que sea la fórmula más correcta para continuar por la línea de éxito iniciada hace más de una década. ¿Se imaginan a los italianos, británicos o estadounidenses tomando medidas contra sus muchísimos campeones porque su preponderancia en este deporte fuera abrumadora? Seguro que no. Pues habría que pedir la misma coherencia a los responsables de Dorna. Para algo que hacemos mejor que los demás, ¿por qué estropearlo?