Cada niño es diferente, y debemos tratar de conocer al nuestro perfectamente. Para poder enfrentarnos a sus cambios de conducta y los problemas que nos vayamos encontrando por el camino de la educación. A pesar de conocer bien a nuestro niño, a lo largo de los años, veremos diferentes cambios que nunca hubieramos imaginado en él. La vida está constituida por un gran número de fases, que podemos o no pasar. Una de ellas, es la de los mordiscos. En British Bubbles, vamos a analizar esta fase y los motivos que causan los mordiscos. En un post posterior veremos las diferentes formas de actuar para evitar que se repita.
Las causas de los mordiscos.
En cuanto a los mordiscos, no hay un solo motivo por el cual los niños puedan morder. Lo primero que tenemos que hacer, es analizar cuales son las causas por las cuales, de repente, nuestro niño ha empezado a morder. De esta forma será más fácil que corrijamos su comportamiento. Ya que cada una de las causas, tiene diferentes formas de actuación. Que iran también influidas por la propia personalidad del niño. Los motivos más comunes de los mordiscos son:
- Los niños se llevan todo a la boca desde su nacimiento. Es la forma que tienen ellos de relacionarse e investigar el mundo que les rodea. Durante los primeros meses, esto es lo más normal. Y no lo podemos considerar mordiscos. Tan solo su forma de aprender.
- Cuando el niño está en la fase de la dentición. Los dientes comienzan a asomar. Lo que hace que tenga una molestia constante en la boca. Es muy habitual que el niño tienda a morder lo que pille, incluso puede ser a un compañero. Debemos de tratar de explicarle que no lo debe hacer, aunque no le daremos tanta importancia. Le tendremos más controlado y le tendremos siempre a mano un mordedor, para aliviar los dientes. Es el menos preocupante y más fácil de evitar. Ya que tan solo es un impulso motivado por una causa concreta.
- Pedir atención. Es una fase también común entre los niños con celos de los hermanos o por otros motivos. Normalmente por un cambio a su alrededor. Lo que están buscando es más atención por la otra parte. Y mordiendo aunque sea atención para reñirle, le estamos convirtiendo en el protagonista.
- Los niños cuando tienen estímulos especiales suelen ponerse muy nerviosos. Algo que les gusta mucho, actividades donde están disfrutando mucho… En esos momentos, los niños pueden perder un poco el control y no saber canalizar las emociones que están sintiendo, y algunos niños, pueden morder ante estas situaciones. Esto lo hacen como una forma de desahogo.
- Para conseguir algo. Lo más habitual, es que los niños muerdan a otros niños, cuando les están incordiando, o les quitan un juguete, incluso, si son ellos los que quieren quitar un juguete a otro niño. Estos motivos, los debemos corregir lo antes posible, ya que el niño lo hace de una manera más consciente para conseguir su objetivo. Si no hacemos nada ante esta situación, puede potenciar el egoismo y la falta de empatia en el niño.
- Se encuentran perdidos. En situaciones en las que no saben como comportarse, pueden tener el impulso repentino de dar un mordisco al primero que pillan.
- En medio de una rabieta. Cuando están inmersos en los lloros y gritos, la rabia del niño crece por momentos. En ese momento pueden salir por diferentes caminos. Incluso los mordiscos.
- Cuando les decimos “no”. Si el niño aun no obedece al “no”, puede ser su forma de protestar. Debemos dejarle muy claro desde el principio que debe y que no debe hacer.