"¿Por qué no me llama?". Todas nosotras nos hemos hecho esta pregunta alguna vez en la vida.
Lo conociste y hubo buenas vibraciones. Parecía el principio de algo: una amistad, una aventura, un romance o, simplemente, una noche y hasta nunca. Y, al despediros, él dijo: "Te llamaré".
"Te llamaré"
Entre las muchas estupendas ocasiones de callarse que pierde un hombre en su vida, ésta es una de las más enigmáticas.
Cuando una amiga me preguntó por qué no llaman. Los hombres que no llaman son de cinco categorías (a veces mezcladas):
1. El "sincero hasta cierto punto"
Si te cuenta intimidades y se afana en que le conozcas, seguramente todo es verdad... aunque ha olvidado mencionar que está casado y tiene tres hijos. Una pista clara es que este hombre se queda a veces a media frase y cambia de tema. Tal vez piensa contártelo todo la proxima vez, cuando te llame... o sea, nunca porque todo se le complicará. Si quieres intentar volver a verlo, dirígele una mirada cómplice, pregúntale si hay algo que no te haya contado y espera su reacción.
2. El "aquí te pillo, y si no te mato, ciao"
Si notas tensión sexual desde el primer momento, es posible que el tipo sólo buscara un revolcón. No te llamará porque telefonear implica hablar, otro encuentro, conocerse... ¡Demasiado trabajo para un polvo dudoso! Ya sé, parece ruin y grosero, pero la idea de la seducción que tienen algunos hombres se corresponde con las escenas de las pelis porno en las que el macho llega y arrasa.
3. El "temo al compromiso" (¿qué compromiso?)
Algunos hombres tienen la sensación de que si llaman a esa chica tan maja, la mano de la muchacha saldrá por el auricular, los agarrará del cuello y no les soltará. Identificarás al tipo porque su conversación está salpicada de declaraciones como "amo la libertad", "nunca he tenido pareja estable", etc. Es difícil que este hombre vuelva a aparecer; por mucho que tú no quieras compromisos y lo manifiestes, él se dirá: "ya, ya, ésta es como todas, lo que quiere es atraparme".
4. "Te llamaré" significa "no me llames tú"
Si tu nueva conquista se muestra muy seguro de sí mismo, estamos ante un caso de "no me llames tú". Los hombres de este tipo suponen que ellos deben llevar la iniciativa. El mensaje no es "te llamaré", sino "yo tendré el control". Si, inexplicablemente, quieres volver a verlo, el único recurso es contrariarlo sutilmente: "No te preocupes, no hay prisa", o "Prueba, pero estoy muy liada"... Lo más seguro es que te llame al día siguiente.
5. El "acomplejado"
Viene a ser lo contrario del anterior. Puede que no sea muy atractivo físicamente o que sea algo raro. Si dice que te llamará y no lo hace, estamos ante un caso típico de "Nunca ingresaría en un club que aceptara tipos como yo". Pura inseguridad. Si el chico no es un plasta y notas buen rollo con él, pídele su número y dile que le llamarás tú.
Pero, ¿había otra opción?
¿Por qué decimos "te llamaré" cuando no vamos a hacerlo? Podríamos haber dicho "adiós" o "siempre nos quedará París", o "bueno, me voy a meter los pies en un barreño, que este juanete me está matando". Pero no, teníamos que decir "te llamaré". En realidad, cuando decimos eso casi siempre creemos que vamos a hacerlo. Pero después nos encontramos con una serie de retorcidos inconvenientes (subconscientes) que nos impiden cumplir nuestra promesa.
Adiós a los hombres
Si él te dijo que te iba a llamar y no ha llamado, es un falso y no tiene palabra. Claro que si vas a descatalogar a todos los hombres por esos motivos, la humanidad está condenada al silencio entre los sexos y posiblemente a la extinción.