No soy una persona que se ponca a discutir así como así. De hecho, me considero muy pacífica. Pero a veces ves cosas que no te pueden dejar indiferente y hablas. Bueno, mejor dicho, twitteas.
Luego descubres que las palabras, pese a ser expuestas con la mayor eduación posible, no sirven para nada para aquellos que tienen los oídos bien taponados con ideologías basadas en el odio.
Hoy se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, que conmemora la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la OMS.
Por supuesto, como cada año, Twitter se llena de mensajes con hashtags como
#StopHomofobia #StopLGTBFobia #LGTBRights que nos hacen creer que la sociedad está concienciada sobre el terrible error que se ha cometido durante décadas llamando a enfermos a personaes que simplemente aman o se sienten de forma diferente.
Por desgracia, no todo el trabajo está hecho. Muchos conocemos los casos de matanzas por parte de muchos países extremistas en los que la homosexualidad sigue penada con cárcel o incluso con la muerte. Nos siguen llegando noticias de maltrato por parte de compañeros de trabajo, padres, compañeros de colegio o incluso desconocidos en medio de la calle que insultan, agreden o incluso matan a aquellos que se atreven a ser quienes son. Simplemente, por no ocultarnos como ratas.
Hoy, desde mi cuenta de Twitter, no he podido callarme. Y, como las imágenes valen más que mil palabras, simplemente os adjunto la siguiente imagen, que además podéis contrastar. ENLACE A LA CONVERSACIÓN COMPLETA
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