Nuestro cerebro humano se divide en dos hemisferios, el derecho y el izquierdo. Cada uno controla una parte de nuestro cuerpo y realizan funciones muy distintas aunque en apariencia sean iguales. El hemisferio izquierdo es el encargado de las funciones más analíticas como el habla, la escritura, la numeración, las matemátivas y la lógica; mientras que el derecho es el no verbal, el subjetivo, se encarga de las emociones, los sentimientos, las habilidades en el arte, la música, el baile…
Los neurólogos han descubierto que ambos hemisferios actúan a la vez. Los dos presentan cierta actividad neuronal –en mayor o menor medida–, independientemente del tipo de tareas que llevemos a cabo. Ninguno de los dos es más importante que el otro; más bien son complementarios. Aunque es importante destacar que, hoy por hoy, la mayoría de nosotros estamos tiranizados por el hemisferio izquierdo, y es esta descompensación con nuestro hemisferio derecho lo que impide que muchos conozcamos la forma de cultivar la intuición y la creatividad necesarias para tener más salud mental, mejores relaciones o para reinventarnos profesionalmente.
Por lo tanto, es necesario e importante desarrollar este hemisferio, realizar más actividades que lo activen y ser conscientes de sus beneficios. Podremos tener nuevas ideas para cambiar aquello que no sabemos cómo solucionar, provocaremos que aumente nuestra imaginación y descubriremos nuevas formas de salir adelante. El hemisferio derecho nos ayuda para poder encontrar la felicidad en el camino y no cuando llegamos a la meta, además nos invita a apreciar los pequeños momentos de felicidad que nos rodea.
Según la psicóloga clínica Liliam Cubillos, el hemisferio derecho se desarrolló primero que el izquierdo. Eso significa que los seres humanos tenemos como base la parte emocional, antes que la cognitiva y lógica formal. “Esto se prueba con los niños. Ellos son libres, espontáneos, creativos, cariñosos y hacen barbaridades. Pero la sociedad que está estructurada desde el hemisferio izquierdo ha pensado que para que tengan éxito deben priorizar los paradigmas de la lógica formal, de lo racional y de la inteligencia cuantitativa”.
Por lo tanto, pensemos, ¿cúanta creatividad hay en nuestra vida?. Si bailamos a menudo, si escuchamos música a diario, si cantamos, si pintamos, o cualquier otra actividad que desarrolle nuestra imaginación. O si por el contrario, pasamos los días centrad@s en las rutinas, en lo lógico, en lo racional dejando poco tiempo para disfrutar.
Ya lo decía Albert Einstein “La imaginación es más importante que el conocimiento”
Feliz y creativa semana!!