La huelga general ha sido un fracaso, como se preveía. Algunas personas me han preguntado por qué la secunde (en mi caso el día 28 al trabajar en un periódico) a pesar de que la consideraba tardía y muy mal organizada. He aquí mis razones y mis reflexiones al respecto:
1. Al contrario que los sindicatos, yo sí secundé la huelga para derrocar al Gobierno. Desde el día del mes de mayo que ZP se cayó del caballo y decidió renunciar a sus principios y a sus promesas vengo diciendo que si tuviera un mínimo de vergüenza habría dimitido. Esa fue una de las razones.
2. Me preocupa la desmovilización y el individualismo creciente de los españoles. Los gobernantes nos suben los impuestos, las tasas municipales, nos quitan derechos, nos roban..., y a lo más que llegamos es a protestar en la tertulia del bar. Cuando alguien propone hacer algo siempre obtiene la misma respuesta: "No servirá para nada". Como ha dicho nosequién, la única huelga que no sirve para nada es la que no se hace. Ésta, me temo que no va a servir para mucho, pero siento que ya he hecho algo más para cambiar las cosas que quienes mañana seguirán quejándose del Gobierno en la barra del bar.
3. Es indudable que los sindicatos han quemado un cartucho y se han quemado ellos mismos. Lo segundo me importa más bien poco. El problema va a venir cuando los diputados españoles (QUE TIENEN BLINDADAS SUS PENSIONES MÁXIMAS gracias a un vil reglamento, nunca me cansaré de denunciarlo) nos rebajen las pensiones y/o nos alarguen la vida laboral. Será un motivo más que suficiente para salir a la calle, pero el descrédito de Méndez y Toxo y el hartazgo de los ciudadanos hará que la gente se vuelva a quedar en casa. En Francia han hecho por este motivo dos huelgas generales en septiembre, el 7 y el 23. Los políticos españoles quieren que votemos una vez cada cuatro años y a callar, y lo van consiguiendo.