Revista Psicología

Por qué soy una trucha asalmonada

Por Sara @artista360

Ayer fui con Eduardo a pasar el día en el río. Nos gusta ir a lugares alejados del gentío, así que caminamos un rato hasta encontrar el lugar perfecto para pasar el día tranquilamente. Disfrutamos del baño en una charca de agua cristalina y del increíble paisaje que nos regala el Valle del Tiétar. Mientras tomaba el sol y me relajaba con el canto de los pajarillos, observaba embobada cómo caía el agua de una pequeña cascada. De repente, algo llamó mi atención. Parecía que había saltado algo del agua. ¿Era una rana? Comencé a observar con más detenimiento. No era una rana, era una trucha asalmonada que intentaba trepar por la cascada. "Estas truchas hacen el recorrido de abajo a arriba del río, como los salmones, por eso se llaman Truchas Asalmonadas" - me contó Eduardo. Como buena Madrileña criada en asfalto, no tenía ni la más remota idea de lo que hacían esos peces.

Esa trucha llamó poderosamente mi atención y se convirtió en mi entretenimiento favorito durante el día. La veía saltar y saltar una y otra vez, intentando escalar por la cascada sin lograr su objetivo. Se daba unos golpes tremendos contra las rocas, pero no se rendía. Su foco era claro: lograr ascender por la cascada. Saltaba desde todos los ángulos posibles, de todas las formas imaginables, pero su destino siempre era chocar contra la roca.

Comencé a preocuparme por la pobre trucha. ¿Y si no conseguía ascender por la cascada? ¿Y si la ayudaba a subir? Podría buscar una red, cazarla al vuelo en alguno de sus interminables saltos y ayudarla a pasar el obstáculo. Pero me di cuenta de una cosa: si fuera un obstáculo insalvable, la charca de abajo estaría atestada de truchas y no era el caso. Observé la charca y sólo había 4 o 5 en total. Y si sólo había unas pocas, quiere decir que en algún momento, alguna lo habrá conseguido. Así que seguí observando cada intento de la trucha por superar el obstáculo y me di cuenta de que a cada salto se iba haciendo más fuerte, iba subiendo más alto cada vez. Si yo hubiera interferido, ella no hubiera podido fortalecerse lo suficiente como para llegar río arriba, donde el agua es cada vez más fría.

Y empecé poco a poco a sentirme identificada con esa trucha, dándome golpe tras golpe a lo largo de mi vida, saltando para alcanzar mis sueños. Comencé a recordar todas las veces que me han dicho: "Estás loca, eso es imposible, deja de soñar, vas a contracorriente, lo que haces está bien pero deberías buscar un trabajo de verdad..." Y empecé a imaginarme que las 4 o 5 truchas que estaban abajo en la charca, no tenían la menor intención de saltar y estaban todo el rato diciéndole a la trucha emprendedora, que dejara de saltar y que era mejor quedarse donde estaban.

Mientras me divertía imaginándome las voces de las truchas pesimistas, veía a mi trucha favorita (me convertí en su fan nº1) ignorando sus comentarios y saltando una y otra vez. Me imaginé qué podía estar pasando por su mente en aquel momento y no me cabía la duda de que en lo único que pensaba era en dar un mejor salto para llegar a la meta. No se criticaba a sí misma cada vez que cometía un error de cálculo y se pegaba un trompazo contra la roca. No se comparaba con la otra trucha emprendedora que apareció más adelante y tenía miedo de que la otra llegara antes y se burlara. No desconfiaba de sus capacidades. Sabía que podía llegar, deseaba con todas sus fuerzas hacerlo y hacía todo lo necesario para lograrlo.

Mientras admiraba su valentía y confianza, me di cuenta de que al saltar, sus escamas que bajo el agua se veían marrones, con la luz del sol brillaban como el oro. Definitivamente era una trucha especial, ya que sólo los valientes brillan con todo su esplendor.

Me fui de la charca antes de que mi trucha asalmonada lograra su objetivo, aunque no me cabe duda de que con un poco más de entrenamiento y esfuerzo, lo logrará en muy poco tiempo. ¿Quién me iba a decir que iba a darme una gran lección una trucha? Pues sí, la naturaleza es sabia, sólo hay que estar abierto para aprender de ella. Me niego a dejarme arrastrar por la corriente, soy una trucha asalmonada. Si quieres ver a mi trucha en acción, haz click en el siguiente vídeo que he preparado con cariño para ti 😉

Por qué soy una trucha asalmonada

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista