¿Por qué tengo tantos cambios de ánimo en mi embarazo?

El embarazo, es un periodo en el que cambiamos radicalmente. Aunque sea el proceso más natural del mundo. Nunca sabemos como va a reaccionar nuestro cuerpo ante un cambio tan grande. Lo bueno, es que en tan solo unos meses, nuestro cuerpo volverá totalmente a la normalidad. A lo mejor con unos quilitos de más. Pero, eso será cuestión de hacer ejercicio y mantener una dieta sana. Uno de los síntomas del embarazo son los cambios de humor bruscos y sin poder controlarlos. Vamos a ver algo más sobre esto.

¿Qué le pasa a mi cabeza?

Mi marido y yo, estamos disfrutando de una conversación agradable, tranquila. Cuando de repente, la mayor tontería, me hace saltar. Mi cerebro me está diciendo, no. Hay que llevar la contraria. No se por que. Pero debo hacerlo. Y me ofendo con cualquier cosa que el responda. Os resulta familiar. Pues no. No quiere decir que estemos locas. Solamente, estamos siendo las victimas de una situación. El embarazo.

Hace ya un par de semanas que sabemos que estamos embarazadas. Y todo parecía muy normal. Seguía con la cabeza encima de los hombros. Pero por que me da de repente y me cabreo con el mundo. En ese momento, parece totalmente lógico. Todo el mundo está en contra nuestra. Y además estamos gordas. Que he hecho yo para merecerme esto.

El culpable.

Como casi todo en el embarazo, la culpa la tienen las hormonas y la situación tan especial que estamos viviendo. La gran montaña rusa de las emociones. Estamos experimentando los efectos de un gran número de hormonas a unos niveles que nunca habíamos tenido. Incluso algunas que no había generado nuestro cuerpo antes. Esto sumado al estrés, desconocimiento de la situación, inseguridad. Consiguen crear un cocktail explosivo para nuestro cerebro. Lo que hará que tengamos variaciones en los niveles de hormonas como la dopamina. Siendo imposible poder controlar nuestros propios sentimientos. Incluso sabiendo que estamos siendo poco consideradas, o que desde luego no tenemos razón. Tan solo queremos llevar la contraria.

Consejos para reducir los cambios al mínimo.

Desde luego, no todas las mujeres tenemos los mismos síntomas. Y muchas de las embarazadas, no sufren cambios de humor sin sentido. Aunque es algo habitual. Los cambios de humor suelen ser muy difíciles de controlar. Aunque si nos esforzamos y somos conscientes de por que se producen podemos disminuirlos. O por lo menos cortarlos enseguida.

Dedícate tiempo a ti misma. Independientemente de que tengas cambios de humor. Es uno de los mejores consejos para las mujeres en estado. Analiza tus sensaciones y sentimientos. Intenta disfrutar de lo que te está pasando. Aunque no te lo creas, en no mucho tiempo, te aseguro que echarás (un poco) de menos estar como lo estás ahora. Un rato de meditación antes de acostarte, o después de comer. Lo ideal, es que tu encuentres el momento ideal para “hablar contigo misma”.

Está demostrado que el deporte, es una gran ayuda a la hora de relajarnos y de poner en orden nuestra mente. Busca el ejercicio físico que más te guste y que puedas realizar según tu estado.

Habla, habla y habla. La mejor terapia del mundo, es contar nuestros pensamientos y penas. Lo que hace que nos desahoguemos y reforcemos nuestra fuerza. Pero, además lo más importante, es que cuando alguien nos escucha, nos apoya. No tengamos miedo en contar nuestras preocupaciones, explicar lo que nos está pasando por la cabeza. Y contarle que a veces “se nos va”. Seguramente la próxima vez que nos pase un gran cambio de humor, nuestra pareja estará preparada para actuar de otra forma. Si nos lo tomamos con humor los dos el cambio, pasaremos de estar gritando a estar riéndonos de nosotras mismas y la situación tan absurda.

Nuestra pareja, aunque no tenga que sufrir el embarazo dentro de él. También está pasando unos meses muy duros. Su mundo va a cambiar radicalmente. Y la persona que más quiere, está cambiando, se siente insegura. En la mayoría de los casos, si no contamos lo que nos pasa, no nos van a entender. Lo que hará que cada vez nos distanciemos más y nos cabreemos el uno con el otro.

Si ves que estás a punto de estallar. Respira, discúlpate y tomate un respiro tu sola. En ese momento, no le des vueltas, ya que si estamos muy obcecadas podemos empeorar las cosas. Tomate un respiro. Y en un rato, analiza la situación que te ha llevado a esto.