Revista Cocina

Por terruños Gaúchos

Por Rumbovino @rumbovino

Quienes gustamos del elixir de los dioses, no dejamos pasar por alto ninguna oportunidad cuando se trata de probar los vinos que las infinitas tierras producen. Allá donde vamos, nos informamos si se producen vinos y, por supuesto, el ánimo nos cambia al saber que un nuevo terruño y nuevos sabores nos esperan para ser descubiertos. Por suerte, la Vitis vinífera prospera prácticamente en todo el mundo y son pocos los lugares donde el viaje nos deparará una desazón.

Hace unos días volví de Brasil, el gigante de América del Sur que además de consumir mucho vino, de a poquito se está animando a producir también con calidad. Me tocó ir allí por trabajo. Estuve en el estado de Minas Gerais, y lamentablemente no es zona vitivinícola, pero sí se cultiva algo tan interesante con el vino, que es el café. De eso hablaré en otro post… y les confieso que nació otra pasión. No obstante, y a pesar de calmar mi sed a base de cervezas (cosa que debo reconocer, no me preocupó en lo más mínimo), no podía irme de Brasil sin probar sus vinos… ni loco!

Por terruños Gaúchos

Tomada de vejario.abril.com.br

Por allá, los locos enofílicos como yo estarán felices porque las diversidades de vinos que se encuentran son inmensas. Los hay obviamente de Brasil, Chile (los más abundantes), Argentina, Francia, Italia (muchos también), España, Portugal, Australia, Sudáfrica, Uruguay y algún que otro etcétera que se me escapa. Como leen, a la hora de elegir, el abanico es muy grande… y los precios también! Como para que se den una idea, el Latitud 33 en un super, uno lo va a pagar alrededor de $80 argentos. El doble que acá, no?El problema fue qué elegir. Tenía claro que quería probar los tintos, por una cuestión de gustos personales y nada más, y otra cosa que tenía claro es que no quería dejar medio sueldo en la elección.Finalmente la decisión se basó en escoger dos vinos. Uno que se encuentre fácilmente en un supermercado (como para que pueda servir de referencia a quienes visiten Brasil alguna vez), que sea accesible al bolsillo y de un cepaje cásico. El otro vino, sería uno de un varietal menos convencional, solo por el hecho de experimentar.

Con las consignas claras, y luego de tres visitas al super, me decanté por dos vinos de la Vinícola Miolo (vista aérea foto 1). 
MIOLO GAMAY 2011Me llamó la atención ni bien lo vi en la góndola, tanto por su etiqueta (diseñada por el artista plástico Ricardo Tombini Pires) como por la uva con que estaba elaborado. La Gamay es la uva francesa con que se elabora el  “beaujolais nouveau” y al igual que este, se elabora mediante el método de maceración carbónica.
Color rojo rubí con ribetes teja, brillante y limpio. Cuerpo medio-bajo.Aromas de mediana intensidad dominados por frutos negros frescos (ácidos) y un fondo con notas levemente dulces. Interesante.En boca resultó franco, ligero y refrescante. Las notas dulces de la fruta, su acidez y unos leves tonos amargos redondean un vino agradable y muy vivo (a pesar de ya tener 2 años).
Por terruños Gaúchos
Como dato es interesante contarles que la Vinícola Miolo contrató al enólogo Henry Marionnet, uno de los grandes productores de la Touraine para que los asesore en su elaboración.

En líneas generales debo reconocer que me gustó, aunque seguramente hace un año o dos estaba mucho mejor. Resultó ideal para acompañar los filetes de Tararira fritos que metimos de cena. Su graduación alcohólica es de 12 % vol y su precio en Brasil 28 Reales (aprox. $85 argentos). Dejamos de lado la RPC porque no corresponde.

MIOLO RESERVA CABERNET SAUVIGNON 2010En vista mostró un color rojo rubí con tintes picota, brillante y limpio.En la copa expresó intensos aromas dominados por notas vegetales (heno, césped cortado), frutos negros tenues y flores. Si bien la contraetiqueta declara que fue envejecido en roble francés y americano, no pude percibir ninguna señal que me indicase a esto (lo cual no me desagrada).
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En boca fue de ataque intenso, invade el paladar de inmediato, destacando su costado herbal (verdoso), acidez y algo de frutos negros. Los taninos están presentes, pero no molestan. Sobre el final, de persistencia media-baja, aparecen sabores a café y chocolate amargo (acá sí aparece la madera).

En general, este tinto elaborado con uvas procedentes de Campanha Gaúcha (Río Grande do Sul), no me terminó  de cerrar. Creo que puede ganar algo de equilibrio con más oxigenación, pero está muy potente y aún verdoso.Su graduación alcohólica es de 13,5% vol. Su precio en Brasil 33 Reales (sobre $90 argentos) y al igual que antes, la RPC no corresponde. En Argentina sería muy caro.

Por último me gustaría contarles una anécdota que no quiero dejar pasar: En una feria de Vinos (que pronto voy a postear) pregunté a un sommelier sobre un tinto de Brasil que me pueda recomendar para degustar. Mi sorpresa fue inmensa cuando su respuesta fue, ninguno. Aunque agradecí su sinceridad, me parece que como profesional del vino y como defensor de los productos de su país, deja un poco que desear. 

Eso sí, me recomendó unos espumantes y blancos que tengo anotaditos para mi próxima visita a las tierras Gaúchas.

Muchas gracias por leernos,Salute, Rumbovino.

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