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Hoy 3 de mayo, como hace ya dos décadas, se celebra “el día de la libertad de prensa”. Un derecho innato del ser humano según el artículo 18 y 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos[1]. Y que en un país democrático parece que es obvio que se cumpla, sin embargo no siempre es así. Cada día es más evidente que políticos y empresarios ejercen una feroz influencia sobre los medios de comunicación. Les manipulan y sobornan a su antojo para salir bien parados e influir sobre la opinión pública. Sean de la ideología que sean, los políticos y empresarios saben muy bien el poder de los medios de comunicación y muchas veces por desgracia incumplen un derecho constitucional tan importante como el de la libertad de expresión. Esto se suma a otros factores como la fuerte presión ejercida por los superiores para que la información salga rápido, la lucha por las audiencias, la feroz competencia, o el poco espacio para plasmar las informaciones.
Internet parece que está jugando un papel importante en el desarrollo de esta libertad de expresión, a través de las redes sociales, los blogs o sitios webs donde mucha gente recoge y transmite información con el fin de construir una opinión pública libre y plural. Pero, ¿realmente debe creernos todo lo que leemos?, ¿es fiable toda la información que encontramos en internet? ¿se puede llamar periodista a alguien simplemente por el hecho de escribir en la red? ¿a caso el periodista digital es el concepto moderno para designar al periodista de toda la vida? o ¿realmente nos estamos cargando la figura del periodista propiamente dicho?.
Sea a través de los medios de comunicación convencionales o a través de internet debemos recoger y plasmar una información de calidad frente al sensacionalismo y el morbo que priman hoy en día, denunciar y sacar a la luz las injusticias, pero sobre todo, no dejarnos manipular ni influenciar por conductas corrupta o anti éticas.
[1] “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión y creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”. “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión, este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”