Los
psiquiatras Chiara Cirelli y Giulio Tononi del Wisconsin Center for Sleep and
Consciousness en 2003 propusieron la "hipótesis de la homeostasis sináptica".
Esta hipótesis sostiene que los cerebros
son plásticos y que pueden seguir aprendiendo cosas nuevas al dormir. La
Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin, amplió
esta investigación en febrero de 2018 y la presento hoy en la reunión anual de la Asociación
Estadounidense para el Avance de la Ciencia. Sorprendentes imágenes de
microscopio electrónico sugieren lo que sucede en nuestro cerebro todos los días:
nuestras sinapsis crecen fuertes y grandes durante la estimulación diurna y
luego se reducen casi un 20 % mientras dormimos, creando espacio para un mayor
crecimiento y aprendizaje al día siguiente. El equipo de investigadores
seccionó los cerebros de los ratones y luego utilizó un microscopio electrónico
de barrido para fotografiar, reconstruir y analizar dos áreas de la corteza
cerebral. Pudieron reconstruir 6.920 sinapsis y medir su tamaño. El equipo
deliberadamente no sabía si estaban analizando las células cerebrales de un
ratón bien descansado o uno que había estado despierto. Cuando finalmente
"rompieron el código" y correlacionaron las medidas con la cantidad
de sueño que tenían los ratones durante las seis a ocho horas antes de tomar la
imagen, encontraron que unas pocas horas de sueño conducían a una disminución
del 18 % en promedio del tamaño de las sinapsis. Estos cambios ocurrieron en
ambas áreas de la corteza cerebral y fueron proporcionales al tamaño de las
sinapsis. El estudio refuerza a otro estudio la Universidad Johns Hopkins que analizó las
proteínas del cerebro para confirmar también que el propósito del sueño es
reducir las sinapsis. El siguiente paso ahora es estudiar nuevas áreas del cerebro
en ratones jóvenes para comprender el papel que desempeña el sueño en el
desarrollo del cerebro.