Dedicado a todos los que hoy nos dicen desde sus atalayas mediáticas y su cómoda equidistancia que las huelgas no sirven para nada.
Lo único que no sirve para nada es la resignación. Es arrodillarnos ante los mercados y los gobiernos de tecnócratas neoliberales que nos están robando la libertad, la democracia y el sueño de un futuro mejor para nuestros hijos e hijas.