En el artículo de hoy voy a explicarte porque no me presento como candidato a ninguna de las elecciones que tenemos este año (municipales, comunidades autónomas y nacionales).
Ya sé que nadie me lo ha preguntado, pero cómo si me lo he preguntado a mí mismo, voy a compartir mi reflexión sobre esta cuestión:
¿Por qué no me presento a las elecciones?
La respuesta corta es muy sencilla:
- Porque no estoy afiliado a ningún partido político ni plataforma ciudadana
- Porque no me votaría nadie
- Porque le daría un disgusto a mi mujer
- Porque paso de exponerme públicamente
- Porque metería la pata en la primera rueda de prensa
- Porque…
Pero cómo el artículo se quedaría muy corto si me conformo con la respuesta simple, voy a explicarme mejor.
¿Por qué si me presentaría cómo candidato a las elecciones?
Quien me conoce, sabe que me gusta la política. Me gusta debatir con mis amigos sobre cuál sería la mejor forma de gobernar, sobre qué modelo económico es el mejor y cómo deberían organizarse el estado para que nuestro país (o nuestro mundo) sea un lugar próspero donde sea agradable vivir.Además, tengo convicciones bastante claras sobre cuál es la mejor forma de gobernar, que papel debería tener el estado y cómo la política tendría que afrontar la globalización que ya es una realidad.
Porque no me presento a las elecciones
Aun teniendo en cuenta todo lo anterior, mi conclusión es que no estoy dispuesto a ir en las listas de ningún partido político y no estos son los motivos principales:
No estoy dispuesto a asumir la disciplina de partido.
En todo partido político hay diversas opiniones y sensibilidades, y entiendo que en ocasiones hay que plegarse a la disciplina de partido y apoyar decisiones con las que no se está de acuerdo. Lo entiendo, pero yo no estoy dispuesto.
Me niego a tener que elegir entre una opción mala u otra peor.
Ejercer el poder obliga en muchas ocasiones a elegir entre dos opciones malas porque no hay más remedio. El mundo real es cruel e injusto en muchas ocasiones y no queda mas remedio que tomar decisiones duras.
Acepto que en mi vida personal en ocasiones tenga que elegir “entre Guatemala o Guatepeor”, pero no estoy dispuesto a tomar decisiones malas que afecten al resto de los ciudadanos.
No estoy seguro de ser incorruptible
La corrupción es uno de los grandes problemas de la política hoy en día y es un comportamiento lamentable y muy grave.
Cuando se es corrupto no sólo se está robando a los ciudadanos, sino que se les esta traicionado y se pone en duda el propio sistema político.
Necesitamos políticos que no acepten la corrupción bajo ningún concepto. Y yo no estoy seguro de si sucumbiría ante la tentación de hacer un favor a un amigo o ser 100% imparcial en una decisión que afecte a un familiar. Y esas dudas me incapacitan cómo político.
Prefiero la filosofía a la realidad práctica
Sé que es muy fácil criticar las decisiones políticas tomando un café con los compañeros de trabajo, pero también soy consciente de que ante una decisión política hay que tener en cuenta muchos factores, muchos intereses y aceptar muchas imposiciones por parte de la realidad.
No me presento a las elecciones porque prefiero ser coherente con mi filosofía y mis ideales y asumo que desde el bar y con un café solo delante es muy fácil defender mi visión del mundo.
Bárcenas va al psicólogo
Conclusión
Al fin y al cabo, lo que pretendo decir con este artículo es que respeto y admiro a todas las personas que se van a presentar a las próximas elecciones para defender los intereses de sus vecinos.
Que se presentan porque creen en un modelo de estado económico y social (sea el que sea).
Os agradezco el esfuerzo personal que vais a realizar y os deseo mucha suerte. Acepto que seguramente os equivocareis en más de una ocasión y estoy dispuesto a perdonaros.
Y os exijo:
- Que seáis intolerantes con la corrupción
- Que expulséis de vuestros partidos a toda la calaña que actualmente habita en ellos
- Y que gobernéis buscando el bien común, no vuestros intereses o el de los grupos de presión que pueden compraros con su dinero.
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Javier Romero
Psicólogo y coordinador de proyectos. Escribo sobre psicología aplicada a la vida cotidiana. Me apasiona cómo internet, redes sociales, y las nuevas formas de comunicación influyen en las personas y estoy convencido que de todo esto va a salir algo buenoLatest posts by Javier Romero (see all)
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