Después vinieron los móviles y el e-mail. El e-mail me ha hecho la vida más fácil, sobre todo cuando vivía fuera de España. Su inmediatez, no depender de teléfonos (cabinas, sí, esas cosas que solía haber en las calles con teléfonos que funcionaban con monedas) o del servicio de correos.
Vaya, eso en el plano personal, porque en el profesional, todavía recuerdo cuando un día me dijeron que había que hacer una copia de un documento y me dieron un papel carbón y me dijeron donde estaba la máquina de escribir. ¿Maaaaaaaaaaaaande? ¿Esto qué es? . Na miña vida. Nunca lo he usado. Escanner y correo electrónico, "pon favón"
Facebook llegó cuando yo ya tenía Ringo, que era algo más rústico pero similar.(compartías fotos vía internet, muy práctico cuando vives lejos de tus amigos y familia)
Y puedo considerarme una pionera, porque soy la prueba viva del éxito que iba a tener Whatsapp: los móviles de mi entonces novio (hoy marido) y mío, eran un DUO de Amena, cargados semanalmente con una pasta (creo que llegamos a gastarnos 1000 pelas en un día, guauuu). Estábamos DUADOS.Bueno, pues ahora el blog, Facebook, Twitter, Whatsapp, sms, Instagram, etc etc etc.....sí, tengo de todo. Y mucho de ello hace que me confíe. Son ya tantos los años en RRSS de una u otra manera, que me olvido. ¿De qué? Pues me olvido de que muchas de las personas que pueden tener acceso a esos tweets, o publicaciones en Facebook, no me conocen. No saben qué hay detrás de ese avatar. No saben quién soy ni cómo vivo. Ni siquiera saben qué tono estoy utilizando en mis comentarios.(y no digo ya al revés, que yo no tengo ni la menor idea de con quién estoy hablando en realidad)
Por medio del blog es cierto que puedes hacerte una idea bastante cercana, real, pero nunca completa de cómo soy. Pero en Twitter....bueno, ahí está mi caballo de batalla.
Muchas veces leo tweets que hablan de temas digamos...polémicos. Y si no polémicos, al menos sí "sensibles o calientes". Alguna vez me he "enzarzado" en discusiones, y mi experiencia ha sido negativa.
Absolutamente. Salí lo que se dice "escaldada". No por dar mi opinión, no, si no porque el resto del "patio" se forma una idea de mí que no es la real.
No quiero olvidarme nunca más de esto: no me conocen, no van a conocerme a través de 140 caracteres. Porque ni tú, ni yo, ni nadie, cabemos en 140.