Por Urbano (de Rosario y de Central)
Central cumplió 10 fechas en la B nacional.
Si a este doloroso tránsito debemos agregarle un análisis futbolístico los hinchas Canayas deberíamos estar al borde del suicidio.
Claro, los medios analizan solo el partido de fútbol y de ahí sacan conclusiones. Medianamente Merlo acomodó el barco de acuerdo a sus intereses profesionales (léase se salvo que le pegaran un boleo en el culo) y ahora tiene un poco más de “changuis”.
Yo lo decía allá por mi crónica de la tercera fecha que Central tiene un buen plantel para la divisional y hoy afirmaría que tenemos la mejor delantera de la B nacional, lejos. Figueroa, Toledo y Medina (sin contar De León y el colombiano Molsalvo) deben ser la envidia de cualquier otro equipo y hasta me animaría a incluir más de uno de la A.
Desde luego que para que una delantera se luzca deben tener buenos “abastecedores” y en eso Central tiene un gran déficit. Nuestro medio campo es un concierto de “picapiedras”.
Algunos dicen: “se están acomodando a la categoría” y el patón Bauza dijo: “los buenos jugadores juegan bien en cualquier categoría”. Me quedo con esto último, Central puede ganar muchos partidos por que los rivales simplemente son muy mediocres.
Recuerden que cuando comenté el primer partido con los sanjuaninos dije que si todos eran así en esta categoría se nos iba a hacer muy difícil, no me equivoqué, por suerte eran de los mejores y a la distancia el empate no estuvo tan mal.
No puedo dejar está “crónica agrupada” sin volver sobre lo que es Central socialmente. Los invito a que recuerden el partido con Patronato en Paraná, como estaba esa y las otras canchas donde se presenta el Canaya y vuelvan a verlos a esos mismos equipos de local contra otros equipos. Van a notar porque Central sigue siendo un Grande, juegue en la categoría que juegue.
Recién entramos en el segundo cuarto de este largo torneo y aunque nos cueste, allí estaremos, con el culo fruncido pero el corazón en la mano.