Revista Diario

Porteando ando

Por Desdece

Porteando ando

Imagen de Caserita.com

Hace un tiempo atrás, cuando supe que albergaba vida, me preocupé por averiguar cuál era el secreto del llanto de los bebés. ¿Por qué había pequeños que lloraban desconsoladamente y otros que no? ¿Qué diferencia tenían sus mamás? Ahí nomas recordé que los bebés de las "cholitas" no lloran, bah, nunca los escuché llorar en mis aventuras por el NOA, Bolivia y Perú. Los pequeños estaban siempre envueltos en esa tela, sobre la espalda de su mamá, calentitos y tranquilos.
No fue sencillo salir del estereotipo. Nadie sabe que hay otras opciones. Todos recomendaban cochecitos y sus accesorios, cada uno con sus ventajas e inconvenientes. Veía los costos y abría los ojos grandes, ¡no podía creer lo que valen!.
Mi prima querida, A.,  que vive en el exterior me dijo un día por chat "comprate un fular". Yo no tenía idea de que era eso. Y empecé la búsqueda...
Para buscar un fular primero tuve que aprender que era eso. Es sencillo, un fular es solamente una tela larga que se ata de maneras determinadas alrededor del cuerpo, permitiendo el contacto estrecho entre el bebé y quien lo portea. Hay un mundo de fulares, varía la tela, el tamaño, el color pero siempre es eso, una tela. Los modos de atárselo al cuerpo -o nudos- también van cambiando con el pasar de los meses, permitiendo cada vez posturas mas adecuadas y cómodas para ambos, bebé y porteador. Hay nudos para llevarlo con la misma postura que tenía en la panza, para llevarlo de ranita, en la cadera, en la espalda, para dar la teta... es genial! porque estas en contacto íntimo con el pequeño, sabes que necesita, cuándo se despierta, cuando tiene hipo, etc. mientras podes hacer otras cosas (leer, escribir, caminar, e incluso algunas tareas del hogar, como limpiar o hacer las compras). Cuanto más leía sobre las ventajas de este tipo de porteo, más me convencía de que esto era lo que quería.
Digamos que mi ser mamá se armó de a poco, con la lentitud que crecía mi panza, mientras yo iba leyendo y abriéndome lentamente a un mundo que siempre me fue ajeno y que ahora se me volvía realidad.
Así, en esta búsqueda, me dí cuenta de que los bebés que no son llorones porque están en contacto con sus figuras maternantes la mayor parte del tiempo. Son bebés de "upa", de mimos, de brazos. De esta manera se sienten seguros, confiados, satisfechos de olor, calor, latidos... se sienten como en la panza, muy a gusto y saben que están protegidos. Siempre hay alguien ahí para satisfacer lo que necesiten. ¿Por qué habría de ser diferente, si nacen tan indefensos?
Jean Liedloff fue una de mis lecturas, ella dice que los bebés viven en el ahora constantemente, para ellos no vale el antes o después. Si "el bebé que esta pegado al cuerpo de su madre vive el ahora en un estado de beatitud; en cambio el bebé que no está en contacto con el cuerpo de su madre lo vive en un estado de deseo insatisfecho en medio de un inhóspito universo vacío." Entonces, tristemente, los cachorros en los cochecitos, están solos, aislados, a la defensiva e indefensos. Yo no quise eso para mi cachorro. Entonces, mi extravagancia fue que un día me planté y dije "no quiero ningún cochecito, quiero un fular".
Nadie entendió nada.
Muchos insistieron e insisten con lo del carrito de bebé. Pero, la verdad es que nos pareció tan amoroso llevar al bebé tranquilo y cerca nuestro que nadie logró convencernos.
Los invito a que lo intenten .... ir por la calle mirando, oliendo y hablándole muy cerquita a su cachorro. ¡¡Es maravilloso ser mamá o papá canguro!!
Porteando ando
El cachorro vivió sus primeros meses a upa. Incluso, intentaron de buena manera que usáramos algo mas "tradicional" y nos regalaron algunas de las mochilitas comerciales. La verdad, es que nos resultaron poco prácticas
La gran duda para todos, incluso para nosotros fue cómo aprender a hacer los nudos. Al principio parecen difíciles, pero después uno les va tomando la mano. Lo genial es que al buscar en YouTube aparecen un montonazo de videos que explican cada uno de los nudos en detalle. Todo esto, facilitó mucho el poder usar este elemento tan sencillo y básico que por esas cosas de la civilización tecnológica dejamos de usar.
Pero les decía que es un mundo, porque el fular es una de las tantas opciones. También está el mei tai, la bandolera, la quepina y la guagüita. Estos diversos modelos de portadores ergonómicos pueden adaptarse a las necesidades de cada dupla. Encima, son mas económicos que los que nos ofrecen tradicionalmente y más fáciles de transportar. A nosotros nos pasó que al ir cumpliendo los meses y acercarse al año, pasamos del fular al mei tai y así seguimos. El cachorro es dócil, amable y tranquilo. Sabe que ahí, cerca de su mamá o de su papá siempre está protegido. Todavía hoy, ya con mas de un año y mas de 11kg lo seguimos usando y él va feliz. Bueno, también debo reconocer que a mi ahora con tanto peso llevarlo adelante me cuesta, pero en la espalda vamos genial. Y como no tenemos auto propio, esta tela es mil veces más cómoda que los cochecitos tradicionales para usar el transporte público.
 
Si les intriga saber más, en este enlace hay una "guía práctica del Método Madre Canguro" de la OMS que comenta muchas de las ventajas de este porteo. Y se les interesa aun más, les dejo datos de bellas mujeres que fabrican y enseñan a usar alguno de estos portabebés. Son todos de Argentina, pero si buscan en internet van a encontrar en casi todos los países.
Cerquita mío
Soy mamá canguro
Mamá loba
Maminia
Mami kanguro
Ruka-kai
Lumma
Mei Tai portabebé
Y de final final un regalo, Lennon en uno de sus videos, mostrándose como papá canguro de su hijo Sean


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