En Gold Lick, un pequeño pueblo de Oregón, unos adolescentes liberan por error a un ancestral demonio chino, Guan Di, que se dedica a rebanar el pescuezo de todo pueblerino que se le cruza por delante. Uno de los chicos decide pedir ayuda a su actor favorito, que no es otro que Bruce Campbell, quien se tomará el encargo totalmente en broma, hasta que se percata de que la cosa va muy en serio...Suelen decir que reirse de uno mismo es algo muy sano... Pues bien, como esa máxima sea cierta, Bruce Campbell se ha ganado con Posesión Demencial (My Name is Bruce) el derecho a estar como un toro durante unos cuantos años. Bruce, todo un icono dentro de la serie B gracias a la mítica trilogía de Evil Dead, se dirige, se interpreta y se ríe de si mismo durante los escasos ochenta minutos que dura esta película.
El actor-director se autoparodia y esgrime una loable capacidad de autocrítica respecto a su trayectoria en el mundo del cine, que no levanta cabeza desde que la mencionada trilogía lo encumbrara a los altares como actor y héroe de culto. Así, el señor Campbell aparece en pantalla como un auténtico perdedor, un actor acabado y relegado al tercer plano de la serie Z que malvive en una caravana, refugiado en el alcohol e intentando ligar en todo momento (y tristemente, no consiguiéndolo...) y aprovechando la más mínima de las oportunidades.
Será entonces cuando es tomado por un héroe de verdad y reclutado por un joven fan para hacer frente a una maldición ancestral en forma de demonio oriental furioso desatado en un pequeño pueblo minero. Ahí radica el motor de la película: los mil y un avatares de Bruce a la hora de hacer frente a la demanda del pequeño pueblo, al principio creyendo que todo es un montaje y actuando como si fuese un rodaje más, y posteriormente enfrentándose como buenamente puede al problema real.
En el camino, toda una serie de gags y pequeños homenajes al cine de terror y de serie B (e incluso de serie Z), algunos realmente efectivos (muy bueno el de la motosierra...) y otros que, siendo sinceros no lo son tanto. También merece la pena comentar la presencia de un pluriempleado Ted Raimi interpretando no uno, ni dos, sino ¡tres! personajes distintos, y al pequeño cameo de Ellen Sandweiss, actriz que ya apareciera en Posesión Infernal (Evil Dead). Los efectos especiales se ven imbuidos del aura de serie B que rodea al film y aprueban de forma justa, aunque es de recibo agradecerle a Bruce Campbell la dosis de decapitamientos y mutilaciones varias que encontraremos en el film ya que, no nos olvidemos, ¡al fin y al cabo es una película de terror!
Ted Raimi. 3 en 1
Es entonces cuando debemos reconocer un par de aspectos claves para el resultado final de la película: Bruce Campbell es, de calle, mejor actor que director, y el guión de Mark Verheiden tampoco es que sea para tirar cohetes y tiene unas cuantas lagunas y demasiados altibajos que influyen de manera notable en el ritmo de la película. Aún así, merece la pena echarle un vistazo a esta Posesión Demencial para comprobar lo sano que es la autocrítica y la autoparodia, además de su utilidad para recordar a un actor que, para qué negarlo, fue todo un boom en su época y hoy en dia es un auténtico icono en esto del cine de terror. Abstenerse los que no seaís fans devotos de Bruce Campbell, de su método y de su carrera...