Posibilidad de escape (Light sleeper, Paul Schrader, 1991)

La raíz cuadrada de ScorsesePaul Schrader, para quién no lo sepa, la pluma de algunos de los más tempraneros y mejores trabajos de Martin Scorsese (Taxi driver, Toro salvaje), es también un excelente director de cine. Autor más bien diría yo, pues escribe sus propios proyectos además de filmarlos. Ahí están sus primeros trabajos tras las cámaras (a Blue collar, su poco conocido y muy interesante debut en 1978 con Richard Pryor y Harvey Keitel, le siguieron algunas de las cintas más atrevidas- esa descarriada y pesimista visión del porno duro en Un mundo oculto (Hardcore, 1979), y las morbosas El placer de los extraños (The comfort of strangers, 1990) y el remake del clásico de del terror de los 40 La mujer pantera (Cat people, 1982)- originales- American gigoló (1980, con un inolvidable Richard Gere en el papel de su vida) y las directamente espléndidas y en la cúspide del mejor cine de los últimos años Aflicción (Affliction, 1998 y que incluiré en una entrada cercana con lo mejor de los años 90) y ésta absorbente y fascinante drama urbano con toques de cine negro Posibilidad de escape (Light sleeper, 1991).Protagonizada por un Willem Dafoe (el duende verde del primer Spiderman de Sam Raimi) ya medianamente consolidado tras sus trabajos para Oliver Stone- la buena Platoon y la todavía mejor Nacido el 4 de julio- para luego colaborar en La última tentación de Cristo, donde trabajó para Scorsese y Schrader y la tremendamente brutal Aflicción- interpretando a un camello de gente de clase alta en Manhattan, y por Susan Sarandon, su jefa. Mientras su jefa busca cambiar de negocio, dejando las drogas para convertirse en legítima vendiendo cosméticos, una noche, Dafoe verá a su ex de hace mucho tiempo, lo cual no hará más que complicarle la vida, hasta culminar en un estallido de violencia que se ha convertido en la marca de agua de buena parte del cine de Schrader (Aflicción, American gigoló o la propia Taxi driver).Podría tratarse esta cinta del nexo de unión y punto central de su trilogía sobre protagonistas masculinos, solitarios y con oficios de dudosa reputación, en un ambiente urbano, que completarían American gigoló y la reciente The Walker (Richard Gere y Woody Harrelson eran, respectivamente en aquellos films, chicos de compañía). Con una fotografía y un diseño de producción (ver los decorados interiores) que realmente absorben al espectador en la historia, creando a veces incluso claustrofobia. Me parece un film de primer nivel, realizado por profesionales de verdadero talento, pese a haber sido mayoritariamente denostado por la crítica (quién sabe si porque calca el final de la gran American gigoló, acusando a Schrader de manera más o menos implícita de realizar la misma película una y otra vez.En cualquier caso no debéis perderos este oscuro thriller criminal gracias a la tensión que crea en su tercio final. Puro cine de calidad.