Revista Viajes
En esta pequeña gradatio que os propongo, que empieza en los escalones del artista a pie de calle (Mercatino delle Erbe) y finaliza (¡por supuesto, con una apostilla!) en lo que es, para muchos hoy, la referencia de restaurante en Turín (Il Consorzio), quiero hacer una escala intermedia, dejando ya la calle, en un tipo de local que me produce especial cariño. En Turín hay algún "Wine bar" (así suelen llamarle los italianos, amantes de mezclar expresiones en inglés en su idioma), pero no he descubierto nada especialmente destacable. Viniendo de donde vengo, por lo demás, el listón está muy alto...Sí me producen, en cambio, cariño y atracción lo que ellos llaman "cantina con cucina". Un local que empieza siendo un comercio de vinos y espumosos, se acaba convirtiendo en un lugar donde tomar unas copas. Y esas copas acaban pidiendo a gritos (por no decir los parroquianos) algún plato más o menos sólido. En el Piemonte (foto inferior), lo suyo es la selección de embutidos de la casa. La de Cantine Barbaroux (en Via G. Barbaroux 13/F: ¡no cierra domingos!) es la mejor que he comido estos días. Pero además, acaban llenando la cocina con un montón de platillos calientes, sencillos pero interesantes: unos agnolotti, faisán, filetes, rustidos, sopas de verdura y de legumbres...La Cantine Barbaroux, además, es un local muy bien situado, junto a las grandes plazas de la ciudad (aunque en una calleja muy tranquila), agradable y acogedor. A tener en cuenta para tomar un sólido tentempié.
PS. Por favor, disculpad la calidad de estas fotos. Me dejé la cámara en el hotel y tuve que usar la del teléfono...