El otro día tenía que hacer un postre rápido y fácil, de los de no manchar mucho.
Casualmente, ese mismo día había comprado unos kumquats, que son una especie de naranjitas pequeñitas. Se comen con cáscara tranquilamente y son ligeramente amargos (por la cáscara). Lo de dentro depende de cada uno, unos son más dulces, otros más ácidos.
Como un postre amargo no suele ser del agrado de todo el mundo, decidimos endulzarlo lo máximo posible. ¿Cómo? con un almíbar. Como no era suficiente el asunto, le añadimos un poco de licor y... bueno, que me lío, pasemos a la receta.
El material usado:
- Cazuela
Los ingredientes:
- Kumquats
- Azúcar
- Agua
- Cointreau
El proceso:
Lo primero que haremos será lavar los kumquats. Los pasamos a la tabla y los cortamos en rodajas no muy anchas (unas 5 o 6 por kumquat). Aprovecharemos para ir quitando las semillas y dejar las rodajas bien limpias.
Mientras tanto, en una cazuelita, iremos poniendo misma cantidad de azúcar que de agua y a fuego medio dejaremos que vaya cogiendo calor.
Cuando empiece a hervir, echaremos los kumquats y dejaremos que se cubran bien y se vayan cocinando con el almíbar.
Cuando veamos que el almíbar va espesando y reduciendo, aprovecharemos para echar un poco de Cointreau, Grand Marnier o, por qué no, limoncello o similares. El caso es darle un toquecito cítrico extra.
Cuando notemos que el alcohol ya se ha evaporado, procederemos a sacarlo y servirlo.
Consejos y apuntes finales del chef:
Mi consejo es no poner demasiado a cada comensal, dado que el amargo del kumquat a pesar del almíbar satura bastante. Además, es un postre, no un plato principal, así que...