En los siguientes posts hablaremos de las islas de la laguna de Venecia, las menos visitadas y conocidas, pues casi todo el mundo visita Venecia, algunos llegan hasta el Lido, Murano, Burano o Torcello.
Pero hay unas cuantas más, y interesantes por su historia y lo que sucedió en ellas. Algunas son privadas, otras públicas, algunas con alojamientos turísticos de lujo, otras casi abandonadas...y otras quedan miedo, mucho miedo...
En el canal que va a Fusina, hay un islote llamado San Giorgio in Alga (San Jorge en las Algas), según Ruskin desde este islote se tenía la mejor vista de la ciudad. Este islote está cargado de historia, se dice que en él, el desafortunado Dux Falier, navegando entre la niebla para ir a tomar posesión de su cargo en el Palacio Ducal, chocó contra la costa con su Bucintoro; tal incidente se interpretó como un mal presagio para su reinado, y como no, ocho meses después moría decapitado por traición (después del choque continuó hacia su destino, pero el infeliz no se le ocurrió otra cosa que entrar triunfalmente atravesando las dos columnas del Molo, cosa que como bien saben todas las mujeres de los pescadores, era le mejor forma de atraerse la mala suerte). Otro que tuvo mala suerte fue Gabriele Condulmer, que vivía en el monasterio de la isla y ejercía como portero del mismo, un buen día un ermitaño desconocido llegó a la isla remando, Condulmer lo recibió con amabilidad, lo llevó a la iglesia y oraron juntos, cuando el desconocido subió a la barca para irse hizo una profecía solemne: "Tú, Gabriele Condulmer, serás cardenal primero y papa después; pero te anuncio que durante tu pontificado sufrirás muchas adversidades y agravios". Acabó siendo Eugenius IV, uno de los papas más desgraciados y maltratados de la historia. A la larga el monasterio cayó en desuso y fue abandonado, en 1717 un incendió lo medio destruyó, y en 1848 al campanile decidieron quitarle el tejado para así poder utilizarlo como puesto de vigilancia durante la revolución. Los restos del edificio fueron un polvorín primero, luego un fuerte, durante la II Guerra Mundial se utilizó como base secreta para el entrenamiento militar de los hombres rana alemanes, bajo el comandante Wolk. Los hombres rana se entrenaban para colocar minas contra los barcos aliados, para evitar ser descubiertos sólo entrenaban de noche.
En la Laguna del Sur de Venecia, frente al Lido se encuentra una pequeña isla, llamada Poveglia, una isla que durante su historia ha sido refugio fortaleza, lugar de exilio para enfermos mentales y apestados, e incluso un vertedero de difuntos.
Antiguamente era conocida como Popilia, debido a la abundancia de álamos (populus) que había en la isla, era una comunidad autónoma con un gobierno propio. Según se cuenta, participó con heroísmo en la derrota de Pepin; los poveglianos tenían fama de haber hundido a más francos en el barro que cualquier otro cuerpo de combatientes. En la guerra contra los genoveses, Poveglia fue devastada por sus propios habitantes "por orden pública", siendo uno de los primeros ejemplos de la política de "tierras arrasadas". La isla fue decayendo a lo largo de los siglos.
Hasta aquí todo muy épico y romántico, pero la realidad de la isla es otra. Lo que hasta ahora os he contado es lo que muchos quieren recordar, pero Poveglia tiene una historia truculenta que a muchos les gustaría olvidar.
No creáis que os va a ser fácil llegar hasta ella, o incluso visitarla, pues casi nadie quiere ir a Poveglia. Según la mayoría de las guías turísticas la isla "no es visitable", y pocos son los taxis acuáticos o pescadores los que se atreven tan siquiera a acercarse.
Si al final conseguís que alguien os lleve a la isla, lo primero que se ve es la torre del campanario, es lo más visible y una de las estructuras más antiguas de la isla. Es el único vestigio de la iglesia del siglo XII, que fue abandonada y destruida siglos atrás. Como ya no existía la iglesia, la torre se convirtió en el siglo XVIII en un faro, ahora sólo nos sirve como punto de referencia. Durante muchos años, más bien siglos, la pequeña comunidad que aquí vivía, lo hacía en paz, evitando las leyes e impuestos de la tierra firme. Allá por el siglo XIV la población se redujo mucho, y la isla acabó siendo abandonada. En el año 1348 la Para saber más de la noticia, en este
Antes de todo conoceremos un poco de su historia. En el año 421 Poveglia acogió a sus primeros habitantes, eran hombres, mujeres y niños que huían de los Bárbaros que estaban asolando el continente. Como la isla es más o menos pequeña, se encuentra en una situación bien defendible, y para los ejércitos invasores no suponía un enclave estratégico interesante.
peste bubónica se encontraba a las puertas de Venecia. Cuando la enfermedad empezó a discurrir por la ciudad sin freno alguno, era necesario poner a los enfermos en cuarentena, para ello se decidió que las pequeñas islas, incluida Poveglia, se convirtieran en lugares para alojar a los enfermos que debían estar en cuarentena. Hay que recordar que esta plaga de peste mató a 1 de cada 3 europeos, ante tal tasa de mortalidad y temiendo una propagación desenfrenada de la enfermedad, todos aquellos que caían enfermos o presentaban alguno de sus síntomas eran exiliados en dichas islas.
La peste y la enfermedad suponían un grave problema durante la Edad Media, especialmente en las ciudades comerciales como era Venecia. Para evitar dichos problemas la República de Venecia impuso unas leyes sanitarias muy estrictas, mucho más que en cualquier otro lugar, y a pesar de que aún no se sabía como se propagaban los gérmenes, y ni siquiera lo que eran, fue la ciudad de Venecia la que acuñó el término de "cuarentena", y que se deriva de los cuarenta días que los viajeros que llegaban a la ciudad estaban obligados a permanecer en un "lazareto" antes de que se les pudiera emitir un certificado de buena salud, para que pudieran continuar su camino o acceder a la ciudad. De esta manera se evitaban la propagación de las enfermedades.
Si te mandaban a una de estas islas significaba sin duda alguna, una sentencia de muerte segura, pues una vez muerto acababas en una pira gigante para ser incinerado. Se cree que se pudo llegar a la cifra de 160.000 personas las que murieron y se quedaron enterrados en la isla para siempre.
Tal fue la cantidad de restos humanos que se calcinaron o intentaron calcinar, que hoy en día, cuando el fuerte oleaje azota la laguna, las olas arrastran algunos restos humanos hacia las costas más cercanas de la isla. Dicen las malas lenguas que los pescadores no se acercan a sus aguas porque más de uno ha encontrado entre sus redes algún que otro hueso humano...
En 1630 la peste azotó de nuevo la laguna, y de nuevo se construyeron enormes fosas donde encender hogueras para quemar a los muertos. Con tanta hoguera, incineración y muertos, el suelo de la isla se convirtió en una combinación de tierra y restos carbonizados que conformaban una espesa capa de ceniza muy pegajosa. Sobre todo en el centro de la isla, pues es donde se concentraban el mayor número de restos humanos. Este hecho hace que el suelo sea muy fértil para las vides que hay plantadas allí, pero si os gusta el vino, mejor no pensar en ello...
A partir de 1975 la isla acabó abandonada, los edificios están derruidos, aunque una constructora italiana trató de restaurarlos pero se marchó corriendo de la isla, sin explicación ninguna, dejando a los lugareños especular que habían sido expulsados por los espíritus de la isla. Y no fueron los únicos, ha habido más gente que ha querido vivir en la isla, pero han salido huyendo.
En 2014 se anunció que la isla entraba en un proceso de subasta, el gobierno la ponía a la venta para reducir la deuda italiana. Al final por la módica cantidad de 513.000 Euros un empresario italiano tendrá la isla en cesión durante 99 años, el sabrá que quiere hacer con ella...
enlace. O fotos de la isla a través de Ransom Riggs, en este otro enlace.