Tolera tus arranques, tus sentimientos, tus reacciones, tus peculiaridades, tu humanidad. Tolera tus altibajos, tu resistencia al cambio, tu naturaleza batalladora y a veces difícil.
Tolera tus miedos, tus errores, tu tendencia natural a esconderte de los problemas y del dolor. Tolera tu vacilación a acercarte a la gente, a mostrarte, a ser vulnerable. Tolera tu necesidad de sentirte a veces superior, avergonzada y compartir ocasionalmente el amor como iguales.
Tolera la forma como progresas, unos cuantos pasos adelante y dos para atrás.
Tolera tu deseo instintivo de controlar y cómo renuentemente aprendes a practicar el desapego. Tolera la forma como dices que quieres amor, y luego a veces haces que se alejen los demás. Tolera tu tendencia a volverte obsesiva, a olvidarte de confiar en el Universo y, ocasionalmente, a quedarte atorada.
Hay algunas cosas que no toleras. No toleras conductas abusivas o destructivas en contra de los demás o de ti misma.
Practica una sana y amorosa tolerancia hacia ti misma.
Cuando lo hagas, aprenderás a tolerar a los demás. Luego, iras un paso más allá. Aprende que toda la humanidad que está tolerando es lo que te hace bello a tí y a los demás.
Referencia: "El lenguaje del Adios", Melody Beattie