Este arte marcial, muy suave, consiste en realizar movimientos que mejoran la circulación sanguínea y refuerzan los tejidos próximos a las articulaciones. Gracias a estos efectos se alivia el dolor.
A veces, se olvida la importancia del espíritu en la gestión del dolor. El Tai Chi permite un dominio de sí mismo, de su respiración y de su energía interior.