Así termina Deepak Chopra su parte dedicada a Mi Talento Único, en Las Siete Leyes
Espirituales Del Éxito. La frase previa dice: Cuando lo estamos desarrollando
perdemos la noción del tiempo.
Cuando publico acerca de la misión personal o haga mención a ella, los comentarios
que recibo comparten la inquietud… “¿Cómo encontrar la mía?”
Existen técnicas, específicas y detalladas que operan como una guía concreta y se
realizan en un taller de descubrimiento de la misión, pero hay un paso previo en
el camino…
¡Encontrar tu talento!
Si estás interesado en esta búsqueda, te pido que –si es necesario- leas este post
más de una vez, párrafo por párrafo hasta que sientas que has comprendido y
aprehendido exactamente cuál es tu Talento Único.
Depende de cómo mires esta frase, talento único puede resultar una redundancia ya que hablando del talento, sabemos que se trata de uno. En mi caso, la ocupan un sustantivo y un adjetivo, y a partir de aquí, la voy a usar así: talento único (con mi interpretación, no hay redundancia). Para mí, existe el talento único –solo mío- y otros talentos que tenemos en otras medidas.
El talento es una habilidad innata, que no se construye.
Puede surgir espontáneamente como producto de una necesidad.
La adversidad tiene el efecto de despertar los talentos, que en circunstancias prósperas, hubieran permanecido dormidos. Horacio
La aparición del talento te conecta con tu energía vital, te hace brillar, sentirte vivo porque es la manifestación de tu espíritu en el contexto adecuado.
¿Para qué te ha sido dado un talento?
Esto es lo más importante de esta dádiva. No se te otorga un talento para que lo dejes ahí, dormido e improductivo. Se te otorga para que ilumines la vida de los demás. ¿Hay algo más grande y profundo que esta acción?
Todos tenemos un don especial.
Si prestas atención a la sabiduría de tu corazón, sabrás cuál es ese don.
El secreto para alcanzar la felicidad es utilizar y desarrollar ese don.
El secreto para alcanzar la riqueza es compartir ese don con los demás.
Una vez, escuché a una Coach definir emocionalmente, lo que hace el Coaching Ontológico por las personas al guiarlas en la práctica de su talento, y hago mías esas palabras que me llegaron y llegan a lo más profundo de mi Ser.
Ella dijo: “Intentamos devolverle a las personas comunes las llaves del Reino” ¡Magnífico!
¿Te ha surgido, alguna vez, un interrogante así? “La vida no puede ser solo esto. No puedo ser solo esto en la vida”.
Este cuestionamiento no surge de la soberbia sino de la necesidad intrínseca del Ser Humano de encontrar su sentido.
El Coaching Ontológico te asistirá para que…
Encuentres tu sintonía y desarrolles tu confianza.
Aprendas a interpretar quiebres.
Llegues a tus objetivos.
Generes resultados extra-ordinarios.
Trabajes con tus talentos mediante un plan de acción.
Superes obstáculos.
Dejes y adoptes los hábitos que te transforman en un Ser Grande.
Descubras tus recursos y los utilices productivamente.
Te sientas acompañado con un soporte firme y un apoyo continuo.
La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario es ese pequeño “extra”.
El talento no se basa en tener dones que los demás no, sino en saber utilizarlos.
Nadie puede llegar a la cima armado solo de talento. Dios da el talento; el trabajo transforma el talento en genio. Anna Pavlova
Ocurrió en París, en una calle céntrica aunque secundaria.
Un hombre, sucio y maloliente tocaba un viejo violín. Frente a él y sobre el suelo estaba su boina, con la esperanza de que los transeúntes se apiadaran de su condición y le arrojaran algunas monedas para llevar a casa. El pobre hombre trataba de sacar una melodía, pero era imposible identificarla debido a lo desafinado del instrumento y a la forma displicente y aburrida con que tocaba. Un famoso concertista, que junto con su esposa y unos amigos salía de un teatro cercano, pasó frente al mendigo musical. Todos arrugaron la cara al oír aquellos sonidos tan discordantes. Y no pudieron menos que reír de buena gana. La esposa le pidió, al concertista, que tocara algo. El hombre echó una mirada a las pocas monedas en el interior de la boina del mendigo, y decidió hacer algo. Le pidió el violín, y el mendigo musical se lo prestó con cierto resquemor. Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas. Y después, vigorosamente y con gran maestría arrancó una melodía fascinante del viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir y los transeúntes comenzaron a arremolinarse para ver el improvisado espectáculo. Al escuchar la música, la gente de la cercana calle principal acudió también y pronto había una pequeña multitud escuchando arrobada el extraño concierto. La boina se llenó no solamente de monedas, sino de muchos billetes de todas las denominaciones. Mientras el maestro sacaba una melodía tras otra, con tanta alegría. El mendigo musical estaba aún más feliz de ver lo que ocurría y no cesaba de dar saltos de contento y repetir orgulloso a todos: “¡¡¡Ese es mi violín!!! ¡ ¡¡Ese es mi violín!!!”. Lo cual, por supuesto, era rigurosamente cierto.
Todos nacemos con nuestro violín. Nosotros tenemos que cuidarlo, afinarlo, practicar con él y dar un buen concierto para que los demás reciban el beneficio.
Mi mejor deseo… ¡Sé la mejor versión de vos mismo!
Por el placer de compartir.