Revista Viajes
Una visita obligada para amantes de la cerveza, aunque no te guste, como es mi caso, está en la cervecería U fleku, en Kremencova 11. Se trata de un local del año 1499 donde producen cerveza negra artesanal que solo se puede consumir aquí. Unos músicos animan la velada con sus acordeones, aunque a veces resulta algo pesado. La capacidad es para unas 1000 personas, hay ambiente de Oktoberfest de Múnich, la famosa fiesta de la cerveza, o sea, ruido, mucha mucha gente...
El lugar tiene encanto y solera, camareros por doquier y un patio exterior enorme. La decoración se me antoja análoga a la del refectorio de una abadía de la orden cisterciense, como de monasterio. Muchos salones y comida abundante y rica.
Más asuntos imprescindibles en Praga: tour completo de sinagogas. Te costará 480 coronas, pero merece la pena, aunque solo fuera por entrar en la increíble sinagoga española, que de hermosa parece que te hallas en alguno de los patios granadinos de La Alhambra.
El originario edificio románico sufrió una cantidad ingente de reformas, lavados de cara constantes entre 1536-1840. El resultado te dejará impresionado.
Sube a la segunda planta para prolongar el arrobo místico en el que te sume este templo de oración. Encontrarás también una exposición nada desdeñable de objetos de plata de valor incalculable. Uno casi pierde el sentido en esta jungla policromada de ornamentos rojos, verdes, azules, dorados, negros...
Sigue tu ruta visitando la sinagoga de Maysel. Después de lo visto, te parecerá poca cosa. Es peculiar la de Pinka, con esos 77297 nombres fechas de nacimiento y deceso de víctimas de los nazis escritos en las paredes. Pero para asombroso, el cementerio que viene a continuación. Cientos de lápidas como de película victoriana, todas apiladas, torcidas, medio derruidas, mohosas, erosionadas, sin orden ni concierto, dispuestas en una enorme rotonda arbolada frente a edificios nobles de Praga.
La sinagoga Klausova, que está justo al lado, tiene un bonito techo decorado con molduras y relieves que desde abajo se me antojan argénteos, vamos, como de plata. Es una impresión, por supuesto. Mucha orfebrería fabulosa. Al salir, montones de puestos de típica mercancía checa, souvenirs: llaveros, marionetas, imanes, fotos y cuadros de la ciudad más bella del universo, etc.
Prosigo por la Staronava sinagoga o sinagoga vieja-nueva. Solemne gótico, te puedes sentar en el coro. Al salir me topo pronto con el antiguo ayuntamiento judío, de negra fachada y ornamentada de dorada filigrana. Ahora es el U Stare Synagogy restaurant. De paso por la calle Pariszka me rodean las tiendas de lujo y marcas caras.
Me dirijo ahora hacia otra de las "joyas de la corona". Apartada de la ruta de las sinagogas, ésta es excepcional y puede pasar desapercibida.
Me refiero a la increíble sinagoga de Jerusalén. Llegar tiene su miga. Una manera rápida sería l siguiente:
Desde la Torre de la pólvora, tomar Senovazne Namesti. Cruza la calle para ver la preciosa iglesia y su magnífica torre campanario de Jindriska.
Si quieres disfrutar desde las vistas panorámicas tendrás que abonar 100 coronas. Cruza a la calle Jerusalemska, y como dicen los franceses, et voila:
Has llegado a la sinagoga de Jerusalén. Me rodea la ornamentación extrema de rojos, azules, verdes. Parece recién pintada, esas columnas maravillosas, sus áureos capiteles y los balcones superiores de tono carmesí adornados con filigranas azules y doradas.
A regañadientes abandonó este lugar y me sale al paso el suntuoso edificio de la ópera al final de Politiskych Veznu.
El museo de Praga, al lado, está en obras.