La vida es aprendizaje. Los seres humanos no dejamos de aprender desde que nacemos. El otro día me preguntaba, como es posible que tengamos ese apetito de conocimiento y cuando comenzamos a investigar para resolver nuestras dudas sobre la vida. Lo que me hizo meterme un poquito más en el desarrollo del sistema cognitivo en los más pequeños, primero en los bebés y luego los niños. Para conocer cual es el momento en que empezamos a entender el sentido del mundo y que nos impulsa en ampliar conocimientos.
¿Qué hago aquí?
La verdad es que la filosofía siempre me ha gustado. Y desde que fui aprendiendo de los desarrollos, del aprendizaje y de la curiosidad de los niños. Recuperé todo mi interés sobre la filosofía, y como puede ayudarnos a entender a los más pequeños en sus comienzos en este mundo que tan complicado nos parece.
Siempre he pensado que todos los humanos somos filósofos, aunque no lo sepamos, o incluso aunque no sepamos ni que significa la filosofía. La cuestión es que en los primeros

Pero, hoy quiero fijarme en el punto de vista de los primeros habitantes. De los niños y los bebés. El principio de la filosofía es entender que hacemos aquí y entender el mundo.
Los bebés y la inteligencia oculta.
Los bebés, esos seres pequeñitos, que desconocen tantas cosas, ni siquiera saben coger una cuchara y llevársela a la boca. Es evidente que no son muy listos. Nada más lejos de la realidad. Son extremadamente inteligentes. Y se hacen preguntas que con su base, son mucho más complicadas de contestar que cualquier problema al que se presente ningún ingeniero.
Acaban de llegar al mundo y todo es nuevo para ellos. No conocen absolutamente nada. Ni lo que es bueno ni lo que es malo. Ni siquiera son conscientes de lo que es el daño. Desde ese momento, aunque su cerebro es incapaz de pensar con palabras como hacemos ahora. Está diciendo una y otra vez lo mismo al bebé. Investiga, que es eso. Quieren saber como funciona todo. De hecho, ya de bebés su cerebro se basa en los principios fundamentales de los objetos. Con 5 meses, son conscientes que un objeto muy grande, no puede entrar en un recipiente muy pequeño. Empiezan a descubrir las sombras. Con un fin que aunque nosotros utilizamos ni conocemos. Para poder crear su percepción del mundo que les rodea. Así las sombras le darán una información sobre los objetos y las personas. Seguro que en más de una ocasión has visto un juego de ilusión óptica que te ha desconcertado, es muy probable, que esto sea por el juego con las sombras.

Ya la has visto, y no parece nada raro. Ahora tapa la linea del horizonte con tu dedo o algo relativamente gordo. Te sorprenderá el resultado.
Los bebés, ya “vienen de serie” con una serie de reglas lógicas que marcarán todo lo que hagan. Y aunque cada día que pase serán más inteligentes y más capaces de entender, las reglas siguen ahí. El entendimiento del mundo es muy complejo, aunque a nosotros nos parezca tan sencillo. Todo lo que aprenden lo hacen a través de prueba y error. De hecho, si observamos a un bebé de menos de 15 meses verás que no para de hacer sus propios experimentos científicos, con todos los pasos que utilizan los investigadores profesionales. No dista mucho los métodos que tenemos innatos a los que se han creado para sacar el mejor rendimiento de las investigaciones.
