Revista 100% Verde

Pregunta clave: ¿Lo ecológico sirve para todo el mundo?

Por Valedeoro @valedeoro

Pregunta clave: ¿Lo ecológico sirve para todo el mundo?

Una lectora me preguntó si yo sabía si era posible que los productos ecológicos puedan ser útiles para vestir (algodón orgánico) y alimentar (frutas y verduras ecológicas, huevos de granjas ecológicas, carne ecológica) a todo el mundo, o si lo veía más como una tendencia de una clase social muy limitada (de un cierto nivel de educación y poder adquisitivo). Mi respuesta a ambos es “sí”.

En teoría, todos podemos vivir a base de productos ecológicos

Existen varios estudios que afirman que sí es posible que los productos ecológicos abastezcan a todo el mundo. De hecho, los organismos modificados genéticamente (OGMs) no producen más que los ecológicos, sino que tan solo reducen la mano de obra necesaria para controlar las malas hierbas. La resistencia de estos organismos a los herbicidas y pesticidas permite cuidar de toda la cosecha a través de dos pulverizaciones anuales de un producto químico. Mientras que para el agricultor industrial los costes se reducen, los efectos de la elevada carga de componentes químicos en el medio ambiente afecta a la sociedad. Mientras tanto, el agricultor entra en una dependencia de las empresas agro-químicas, ya que las monoculturas favorecidas por las OGMs agotan el suelo y requieren cada vez mas pesticidas y abonos químicos. (Nota aparte: los propios agricultores ya critican la permisividad del gobierno español frente a la introducción de OMG)

Además hoy en día muchas cosechas ya no se utilizan para alimentar a la población. Existen países con una fuerte producción agrícola donde al mismo tiempo, una parte de la población padece de desnutrición. Cuándo el sector de los bio-combustibles pague más por el maíz de lo que la población pueda permitirse gastar en alimentos, ya no sobraran alimentos.

Variaciones en los gastos alimenticios

Si todos los terrenos agrícolas se dedicasen a la agricultura ecológica, y al ganado ecológico, seguiríamos con suficiente cosecha para alimentar a la población. Además se reducirían los impactos negativos sobre el medio ambiente, y especialmente sobre los acuíferos. El gran problema que los críticos de esta idea resaltan es el precio: Tanto las frutas y verduras como la carne serían más costosos, aunque fuera porque se requiere más mano de obra (en otras palabras: se reduciría el desempleo). A nivel práctico eso implicaría un cambio en los hábitos de consumo: las personas comerían menos carne para poder comprar más frutas y verduras. Digamos que recuperaríamos la dieta mediterránea, con sus ventajas para la salud y una reducción de los gastos de tratamiento del colesterol, la diabetes, y la obesidad (asociados con un consumo desmesurado de carnes y aditivos químicos).

Disfrutando de la comida en todo su esplendor

Puedes gastar tu dinero en 2kg de carne y 3kg de verduras convencional, o puedes invertir en 250g de carne y 5 kg de verduras ecológicas. Quizás este cambio te obliga a conocer nuevas recetas (LINK5), pero no te hará pasar hambre. La comida juega un papel crucial en nuestro bienestar, y por lo tanto devolverle a la alimentación su protagonismo en nuestro día-a-día es un ejercicio muy minimalista: concéntrate en la comida de calidad, natural, sin aditivos, y sobre todo, disfruta conscientemente de cada comida. Disfrutándolo lo compartirás y a lo mejor juntos podemos cambiar un poco el mundo.


Foto: julioherrero / flickr


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