Hay una parte de ti que sabe la respuesta a todo lo que buscas. Tu camino y tu propósito, hacia qué dirección moverte y exactamente cuándo saltar. Antes de que te encarnaras, recibió un mandato espiritual, al escuchar esta solicitud, esta parte de ti saltó directamente a ti. No podía esperar para comenzar.Dispuesto a ser ignorado una y otra vez, la parte de ti que sabe juró nunca rendirse, sin importar cuánto tiempo tardase. Una parte de ti sabe que estás exactamente en el lugar correcto para hacer todo lo que te propongas. Porque, la parte de ti que sabe, también sabe que en el fondo tú también lo sabes. Estas listo. Ya sabes el siguiente paso. La parte de ti que sabe te llama ahora mismo y quiere que te prepares para saltar.
Me hubiera gustado escribir este párrafo que versioné para mi Instagram. Pero en realidad, estas palabras tan acertadas pertenecen a la genial Rebecca Campbell a quien os recomiendo encarecidamente seguir. D esde que leí estas palabras en su blog, no dejo de darle vueltas a "la parte de mí que sabe". Y de hecho, creo que fue una broma cósmica el hecho de que, aunque paso por su blog a menudo, fuera justo un día de bajón emocional cuando lo leí.
La parte de ti que sabe
A la vez que absolutamente deliciosas y quizá un poco místicas, estas palabras me parecieron abrumadoramente ciertas. No puedo decirte si es verdad que esa parte de ti que sabe recibió un mandato espiritual, pero sí que puedo asegurarte que está ahí, que existe y que es real.
Piensa en todas las cosas por las que has pasado hasta llegar aquí, a este punto de tu vida. Piensa en todas las veces que decidiste rendirte, en todas las cosas que has cambiado y en todas las veces que, pese a sentirte perdido, encontraste la forma de reponerte y seguir. Probablemente, gran parte de ello se debió a que tuviste apoyo de gente del exterior, pero el gran apoyo lo tuviste mucho más cerca: dentro de ti.
La parte de ti que sabe, te ha guiado como una vocecilla interior en cada una de tus decisiones, incluso en las equivocadas.Me atrae muchísimo la idea de que, en algún punto de mí, hay una parte que sabe exactamente qué he venido a hacer a este mundo y cuál es mi propósito. Obviamente, el trabajo reside en comenzar a escuchar, a alejarte de los prejuicios y en comenzar a trabajar por conseguirlo.
No es nada místico ni mágico. De hecho, creo que estas palabras de Rebecca son de lo más cierto que he leído últimamente.
Si te apetece empezar a escuchar a la parte de ti que sabe, creas o no en que se debe a un mandato espiritual (llámalo Universo, llámalo destino, llámalo, incluso si quieres, Dios), te propongo algunos ejercicios sencillos que quizá, como a mí, te aporten un poco de luz cuando la necesites:
1. Silencio
Hay personas que no soportan el silencio. Hay gente que no tolera estar sola. Y sin embargo, el silencio es una de las mejores herramientas que tenemos. Pasar tiempo solos nos ayuda a conocernos, nos ayuda incluso a ser creativos, en busca de algo para entretenernos. El silencio nos ayuda a crecer. Pasar tiempo en silencio y asolas con tus pensamientos, escribiendo en un diario o simplemente sin hacer nada, es vital para alejarte del ruido del día a día. Que si trabajo, que si transporte, que si preocupaciones, que si tareas, que si compromisos, que si obligaciones... Ruido.
2. Aprende a ignorar al miedo
Muchas veces las barreras más grandes que tenemos en el camino hacia un objetivo o un deseo, las ponemos nosotros mismos. Te doy un ejemplo: llevo casi 10 años creando contenido en Internet. He tenido muchos blogs, he escrito novelas, he comentado todo lo comentable por Twitter... Sin embargo, sentía un miedo atroz a abrir este blog. Sabía sobre lo que quería hablar, sabía que necesitaba escribir sobre ello y compartirlo y, sin embargo, estuve dudando. Tenía miedo de que la gente que me conoce me juzgara, de no ser lo suficientemente buena, de no tener suficientes ideas, de que se me agotaran las ganas de escribir. ¿Y sabéis lo que hice con todo ese miedo y esas creencias limitantes? Ignorarlas y abrir mi blog igualmente. Ya llevamos unos cuatro meses aquí y no me puedo alegrar más de mi decisión.
3. Mata de hambre a tu ego
La única persona de la que realmente necesitas apoyo y aprobación es de ti mismo. No te dejes llevar por los halagos, no te crezcas ante las palabras bonitas. Agradécelo, pero no dejes que tu ego se interponga entre tu objetivo o tu propósito y tú. Piensa siempre en dar. Qué estás dando a los demás con cada cosa que llevas a cabo, cuál es la Gran Realidad de lo que haces.
4. Alimenta tu alma
Por el contrario, no te canses de alimentar tu alma. Esa parte de ti que te conecta con algo más grande que tú. Lee, investiga, busca y celebra cada pequeña victoria y cada pequeño logro. Nútrete de conocimiendo, de hacer más de aquello que te hace feliz, de disfrutar de las cosas que te gustan, de rodearte de gente con grandes ideas y visión. Estoy convencida que en un punto en medio de todo ese viaje, y de todo ese esfuerzo por empezar a escuchar a la parte de ti que sabe, te sentirás preparado para saltar.