El Club Cántabro de Exploraciones Subterráneas está compuesto por espeleólogos jóvenes en su mayoría pero con amplia experiencia y formación, es un club que se creó hace apenas 5 años de la unión de personas afines derivadas de otros grupos de la región. Como primera norma se fijó el ser meramente exploradores, lo que conlleva todas sus disciplinas y estudios, que gracias a las cualidades de sus miembros se han podido llevar a cabo en los estudios geológicos y de fauna subterránea principalmente.
Una de las zonas donde se están realizando sus estudios es la de Udías, con un gran sistema agrupado en la cueva de Udias que pasó de tener 25 kilómetros a los 32 kilómetros actuales. La exploración se llevó hasta grandes galerías fósiles repartidos en 4 niveles distintos, partiendo desde el primigenio en el mismo cauce de Rio Suvia que atraviesa dicha cueva. También en el ámbito de la fauna subterránea Udias ha traído grandes descubrimientos con la aparición de una nueva especie de Trechus.
La segunda zona de exploración, en colaboración con el grupo Espeleo Club Abrigu es la de Soba en el macizo kárstico del Porracolina, donde se han tenido más descubrimientos propiciados por la gran potencia del estrato calizo. En una zona con grandes grietas verticales por su pasado glaciar propiciaron la creación de grandes pozos como el descubierto en el 2016, de -436 metros verticales (Gran Pozo MTDE), junto al pozo de los Pasiegos de -346 metros y cerca de la Torca de la Yusa con su pozo de -200 metros. Pero un descubrimiento menos conocido y más importante para el grupo es la Torca de la Llana de la Len con un desarrollo explorado hasta ahora de 11 km en su galerías y una profundidad alcanzada de -600 metros.
Ambas zonas de exploración siguen dando resultados, gracias al trabajo duro y tenaz por parte de todos los que participan en las mismas.
Por estos intensos trabajos multidisciplinares, el jurado ha decidido otorgar el Premio ESPELEO 2018 por sus exploraciones espeleológicas al Club Cántabro de Exploraciones Subterráneas.