Pilar Orche Amaré nace en 1980 en Zaragoza. A los 18 años, residiendo en la ciudad pontevedresa de Vigo, se introduce por primera vez en las entrañas de la Tierra. De la mano del Grupo de Espeleología Rey Gerión OJE, de La Coruña, vive su “bautismo subterráneo” en la cueva del Rey Cintolo, en Mondoñedo (Lugo), bien conocida por todos los espeleólogos gallegos. Ese mismo año de 1998 también inicia sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de la Universidad de Vigo (Pontevedra).
Había quedado tan fascinada por la experiencia en la cueva del Rey Cintolo que no para hasta encontrar un grupo con quien practicar la espeleología. Así, en 2001, con el Grupo de Exploraciones Subterráneas del Club Montañeros Celtas de Vigo comienza su andadura espeleológica, que le ha llevado a conocer un sinfín de cavidades tanto en nuestro país como allende nuestras fronteras.
Concluye sus estudios en el año 2005, fecha en que se traslada a vivir a la provincia de Sevilla, para dar comienzo su carrera profesional, siempre estrechamente ligada a la minería. De hecho, en la actualidad forma parte del Cuerpo Superior Facultativo de Ingenieros de Minas de la Junta de Andalucía y es la Jefa del Departamento de Planificación y Seguridad en la Dirección General de Industria, Energía y Minas. Además, en el año 2017 obtiene el título de Doctora con una tesis vinculada con el patrimonio minero. Como activa Socia de la Sociedad Española de Patrimonio Geológico y Minero (SEDPGYM), tiene un firme compromiso no sólo con la protección y divulgación de dicho patrimonio, sino del geológico, el cual abunda tanto en las montañas donde se hallan las cuevas, como en el interior de las propias cuevas.
Ya desde el año 2003, gracias al espeleólogo Sergio García-Dils de la Vega, había entrado en contacto con espeleólogos andaluces. Desde ese año forma parte del Interclub Sierra de las Nieves, liderado por Manuel Guerrero Sánchez y centrado fundamentalmente en la exploración de la sima GESM, en el Parque Natural Sierra de las Nieves (Málaga), que hasta la fecha es la única cavidad andaluza que sobrepasa la cota de los -1.000 metros.
También el año 2003 inaugura su participación en las exploraciones en el macizo de Ortobalagán (Cáucaso occidental, Abjasia), tomando contacto con la espeleología “soviética”. Ese año se dedica a la exploración de la sima Berchilskaya con el equipo de españoles y franceses que participan en la campaña, organizada por el equipo internacional de exploraciones subterráneas CAVEX Team. Tiene la oportunidad de hacer su primera incursión en la sima Krúbera-Voronya, hasta -500 metros, todo un reto para una principiante. Esta sima al año siguiente se convertiría en la primera cavidad conocida de más de -2.000 metros de profundidad.
Además de las expediciones de 2003 y 2004, participa en las de 2006, 2009, 2010 y 2011, organizadas nuevamente por el CAVEX Team. Es precisamente en la del año 2006 cuando, realizando trabajos de aprovisionamiento y preparación de vivacs, muestreo bioespeleológico y apoyo al equipo de buceo, siendo la primera mujer no originaria ni de Rusia ni de Ucrania, países de procedencia de los organizadores de las exploraciones a la sima Krúbera-Voronya, que supera la barrera de los -2.000 metros de profundidad, marcando así un hito histórico en la espeleología española. Ello le supone la calificación como Deportista de Alto Nivel en espeleología por Consejo Superior de Deportes, y como Deportista de Alto Nivel de Andalucía, Secretaría General para el Deporte de la Junta de Andalucía.
Durante la siguiente década, vuelca sus esfuerzos en el Parque Nacional de los Picos de Europa, concretamente en el macizo Oriental o de Ándara de la vertiente cántabra. Allí, escondida en una de las incontables dolinas que se desarrollan en este paisaje kárstico, se encuentra la sima CS-9 o del “Jou Sin Tierre”, cuyas exploraciones venía liderando Alfredo Moreno Rioja, al frente de un equipo de aguerridos espeleólogos, la mayoría de ellos andaluces, sorianos y cántabros. En 2012 forma parte del equipo de punta que alcanza los -1.204 metros de profundidad, convirtiendo esta sima en la más profunda de una región tan espeleológica como es Cantabria.
Tras un accidente de esquí en 2015, vuelve en febrero de 2019 disfruta de una aventura sin par en los “glaciares de mármol” de la isla Madre de Dios, explorando el karst más austral de la Tierra. En el verano del 2019, tras una pausa de varios años, regresa a una nueva zona de exploración en el Parque Nacional de los Picos de Europa, aunque en esta ocasión en las inmediaciones del macizo Central o de los “Urrieles”, en Asturias. Y así sigue colaborando y participando en importantes expediciones.
Por todo ello, el Jurado ha decidido otorgar el Premio ESPELEO 2020 a su trayectoria como espeleóloga a la Dra. Pilar Orche Amaré.
Revista Ciencia
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