Hoy debería hablar de premios: el día 24 de abril, el periódico 20 Minutos le otorgaba a Con Cartones por la Calle el premio al mejor blog solidario.
Me hizo mucha ilusión y, sobre todo, me da ánimos para seguir escribiendo y seguir reflexionando sobre este otro mundo roto de las personas que viven entre cartones. Son personas que molestan porque ensucian la cara de nuestras bellas ciudades. La indigencia no atrae al turismo que nuestra Barcelona quisiera conquistar, y los políticos y la sociedad intentan taparla, esconderla, trasladarla, expulsarla al extrarradio para hacerla invisible, porque saben que erradicarla no pueden, cuesta mucha dedicación y dinero y, aun así, siempre quedará alguien como constatación de lo que un sistema injusto genera.Recibí el premio en Madrid y, mientras visitaba la ciudad, observé sus calles y a las personas que hacen del espacio público sus casas. Unas, pedían unos céntimos al transeúnte que pasaba, otras, dormitaban en el quicio de cualquier escaparate con el tetrabrik de vino a medio terminar, algunos removían papeleras en busca del bocata a medio empezar, y había quienes, tirados en mitad de la plaza, borrachos, pasaban desapercibidos al resto de los ciudadanos.
Pero quien más me llamó la atención fue aquella señora, ya mayor, rodeada de
mantas y bolsas… y con dos carros llenos de cosas, que estaba sentada en el suelo a la puerta de la iglesia de San Ginés. ¡Me recordó a tantas otras mujeres que voy viendo en Barcelona desde hace tantos años!… Crean su propio asentamiento y allí están, como si por ellas no les pasase el tiempo. Unas tienen conversación fluida y agradecen tu visita, otras, cuesta entrar, no tienen sus casas abiertas y se hace difícil que te inviten a traspasar el quicio de sus puertas.Para todas estas personas fue mi primer recuerdo en el momento de recibir aquel premio. Ellas sí eran merecedoras de que alguien las tuviera en cuenta y que no se las expulsara de sus recuerdos. Alguien que acepte la convivencia sin recriminaciones con esta otra cara oscura y sucia que genera este sistema del que todos nosotros disfrutamos.