Prensa, comunicación y libertad
Los medios de comunicación clásicos están de capa caída. Los ingresos por publicidad se están desplazando a internet y su número de lectores experimentan una extraña correlación este dato. Menos ingresos por compra y por publicidad, el impacto en su cuenta de resultados que muchos han optado por la solución clásica: si vendo menos necesito menos personal. Así que hay una espiral de despidos, de contratos de becario con responsabilidades de redactor y de unas condiciones laborales que ni los más viejos de la redacción recuerdan.
Los periodistas que quedan, son conscientes de que pie cojea su empresa y que en el fondo, ellos también tienen bocas que alimentar. Con esta premisa es realmente fácil entender que la premisa de muchos sea callar y otorgar esperando a que lleguen tiempos mejores, y aceptar cierta flexibilidad moral a la hora de ejercer su profesión.
Esta situación tiene como resultado que la confianza en los medios ha desaparecido y los lectores buscan en otros ámbitos información que consideren más veraz. Están convencidos de que informan sólo de lo que les conviene, y cuando no pueden evitarlo, presentan una información sesgada y carente de toda credibilidad.
Los potenciales lectores, buscando una información que consideren veraz -que no tiene porque serlo, pero esto es otra historia- acaban en blogs y demás páginas en internet que son gratis -se suelen financiar con publicidad- con lo que el pagar por un periódico se convierte en una costumbre ajena a ellos, y la rueda de la crisis de los medios se retroalimenta.
La escena que se nos plantea es bastante preocupante, medios que tenían la capacidad de investigar renuncian a ello por falta de personal o por presiones políticas o por miedo a perder anunciantes. Los que ofrecen la información mediante blogs, no tienen los recursos para hacerlo, con lo que muchos temas quedan sin investigar -y con esto me refiero a aportar datos reales-, y por último, los agregadores simplemente se dedican a acumular noticias de terceros sin realizar un esfuerzo periodístico para explicar la realidad de lo que nos sucede.
¿Que ha de cambiar para poder disfrutar de una información veraz, y a la vez accesible? Es la pregunta que se deben estar haciendo muchos. Los grandes medios sobreviven más gracia a la bondad de las corporaciones que las mantienen y los anunciantes que les interesa teniendo una palanca de influencia en estos entornos, porque hay que recordar que la referencia a la hora de realizar los informativos de radio y televisión -que es el canal mayoritario para recibir noticias- son los periódicos clásicos.
Los blogs no pueden tener una cobertura suficiente para abarcar todos los temas, y no siempre se es un experto de economía, política o derecho para analizar los datos y poder extraer de los datos y presentar la información de una forma asequible para su audiencia.
Y los agregadores, no hay mucho que comentar porque desde el punto de vista puramente informativo no aportan nada.
Realmente, desconozco la respuesta, pero este post viene después de ser parte de una asociación de vecinos que peleaba contra el ayuntamiento, después de ver como los medios trataban el hundimiento del metro en el Carmel, después de ver el documental Ciutat Morta y finalmente, este artículo sobre Como proteger la independencia periodística.
Película: Loose Change
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